La gestión de riesgo en el sector turístico
Lunes, 15 Octubre 2012 21:47

La gestión de riesgo en el sector turístico
Por mucho que se insista en el peso específico que tiene la industria turística en el conjunto de nuestra economía, nunca será lo suficiente, pero siendo significativo este hecho, lo es aún más su importancia en términos de empleo, ya que viene a suponer el 11,5% de la población ocupada española; y si a este hecho le añadimos el empuje que el turismo tiene sobre otros sectores complementarios como la hostelería, transporte, ocio, comercio o cultura, llegaremos a la conclusión de la importancia que realmente tiene este “efecto arrastre” para el conjunto del PIB español.
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por Pablo Paz (espacio "Canarias/arando en el mar")

Pero una cosa es nuestra primacía indiscutible en el ámbito del turismo, ya que junto con Estados Unidos y Francia somos una verdadera potencia mundial, e incluso detrás de Estados Unidos somos quienes más ingresamos por turismo extranjero y, otra muy distinta, es que nos vayamos hasta el puesto 46 cuando hablamos de “capital humano”; y es que, por desgracia, nuestro sector turístico tiene como lastre la pésima gestión del capital más valioso que tiene cualquier empresa, que no son sus instalaciones ni siquiera sus productos, sino el capital humano, el talento, la profesionalidad de cuantos intervienen en el proyecto común de la empresa.

Esta falta de gestión de los recursos humanos se ha convertido actualmente en un verdadero factor de riesgo o de competitividad, según se mire y se entienda, para las empresas en general, pero sobre todo para las relacionadas con el turismo; ya que, esta actividad, la de “personas que sirven a otras personas”, el producto que vende, es fundamentalmente, emocional; porque, básicamente, se trata de vender experiencias; y, por consiguiente, la buena o mala gestión de los recursos humanos es la verdadera clave del éxito o del fracaso de cualquier gestión; gestión, que tiene que pasar, no sólo por elegir a los mejores en cuanto a la actitud, sino también en relación a su formación presente y futura.

Por desgracia, muchas de nuestras empresas turísticas no se toman en serio la apuesta por la formación porque lo consideran más como un gasto que como una inversión; de hecho, y según los últimos estudios publicados sobre este tema, la industria turística es la que menos invierte en formación, llegándose a la triste situación de que un 63 % de las empresas del sector consultadas no consideran necesario dicha inversión. Y es triste que en España, que vive en estos momentos una delicada – por ser suaves en la calificación-, situación económica, que mantiene al conjunto de la sociedad en un lastimoso bloqueo, no haya nadie que se plantee la necesidad urgente de enfocar el futuro a través de políticas activas de creación de empleo y, por extensión, por una clara apuesta por el talento.

Debemos hacer algo para reactivar la pasividad y la resignación de algunos empresarios, que parece que les cuesta adaptarse a los nuevos cambios que impone un mercado en constante renovación. Nuestro futuro pasa por apostar por el talento, pero también por la innovación, por la formación, por orientar nuestros productos hacia una mejor calidad y excelencia como medio para crear valor y como muestra inequívoca de apostar por la competitividad.

Portal de América - Fuente: www.abc.es

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