Unas propinas muy sospechosas
Domingo, 17 Junio 2012 19:02

Unas propinas muy sospechosas
En el sector del turismo y de los viajes cada vez más se tiene la sensación de que se está tomando el pelo a los amables turistas que viajan por el mundo. No pretendo entrar en el complicado pabellón del servicio ni de los productos que se ofrecen en establecimientos de hotelería y restauración, tema que merecía también ser tratado ¿Qué son las propinas? ¿Qué significan? ¿Qué define el diccionario de cualquier lengua del mundo a estas? ¿Es una acción voluntaria o impuesta el darlas?... Estas y muchas más preguntas se formulan los desamparados viajeros que se entregan a algunas compañías y multinacionales que ofrecen paquetes turísticos cuando buscan programar sus merecidas vacaciones familiares.
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por  Enric Ribera

Pregunta del “millón”: ¿Las propinas son un impuesto encubierto que imponen algunas empresas del sector a sus clientes? ¡Sí. Y no lo debería ser lo!, ya que propina, lo que se entiende por propina, es un “agasajo que sobre el precio convenido y como muestra de satisfacción se da por algún servicio”, dice el Diccionario de la Lengua Española. Pues lo que son las cosas, para casi todas las navieras (turísticas) que circulan por los siete mares no es así; es una acción impuesta por la compañía al viajero que realiza el crucero, y que en alguna ocasión se convierte en una tasa que recauda la empresa y que nunca percibe el personal de tripulación.

Pero atención, estas propinas son una doble tasa. Ni más ni menos, que una doble tasa. El precio del crucero se escandalla separando el concepto billete, avión (si existe), el todo incluido (o no) y las tasas. De este (supuesto) abuso por parte de ciertas empresas, lo peor resulta la presunta estafa que se realiza a los cruceristas en nombre de sus abnegados trabajadores, justificando que las polémicas propinas van destinadas a éstos, como una acción de agradecimiento a su incansable voluntad de servicio hacia el viajero a lo largo del trayecto en el buque, sean camareros de comedor, bar, cabina u otros empleados, los cuáles no ven una “perra” gorda ¡Es una propina a la naviera!

En lo que respecta a Europa, ya que no se debe poner en este saco de incongruencias y desafíos a los norteamericanos que son diferentes en casi todo, incluido esto, la Unión Europea debería meter mano en el tema y legislar medidas que llevaran a corregir esta indefensión con la que se encuentran muchos ciudadanos del mundo.

Que los norteamericanos tengan estipuladas las propinas como algo obligatorio de la consumición en lugares turísticos y de servicios lúdicos es un tema que solo a ellos les incumbe, pero que nos contagien al resto de los mortales con estos “ticks” de mala práctica es algo que se debe poner fin de una vez por todas ¿Propinas? Sí, pero voluntarias, sin imposición de ningún tipo ni clase y destinadas a los que se las ganan ¡Pelillos a la mar!

Portal de América - Fuente: boletin-turistico.com

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