Productividad y competitividad en el desarrollo de los productos y servicios turísticos
Miércoles, 13 Junio 2012 08:46

Productividad y competitividad en el desarrollo de los productos y servicios turísticos
Desde hace algún tiempo, en especial en estos últimos años de crisis, vengo afirmando, que es el momento de promover que el turismo en su influencia o repercusión directa e indirecta en el conjunto del sistema económico español, pueda participar más activamente; aportando 2 ó 3 puntos adicionales, tanto en términos de la producción nacional, como en términos del valor añadido bruto. Lo que significaría sobre la primera magnitud 60.000 millones de euros, y con relación a la segunda magnitud, cerca de 32.000. Cifras muy importantes y necesarias considerar, o tener en cuenta, para poder comprender mejor el significado económico del turismo.
TSTT-1250x115
MINTUR 1250x115
SACRAMENTO radisson
SACRAMENTO - proasur
CIFFT 1250x115
Arapey 1250x115



por  Manuel Figuerola Palomo



Y aunque sean criticadas por algunos de mis colegas, por su distanciamiento de la valoración estadística, aquellas pueden ayudar a comprender, lo que deseo explicar, al menos a nivel de significación o valor.



No tengo dudas, de que uno de los atractivos del turismo español es la combinación calidad precios que ofrece. Pero no por ello he de aceptar, que la calidad sea la adecuada y los bajos precios que aplicamos para distribuir nuestros bienes y servicios sean los óptimos. Hemos de reiterar un hecho ya demostrado en otras ocasiones, y destacado en distintos foros y debates. España utiliza una extraña e ineficiente combinación, que es vender barato, siendo poco competitivo en valores reales, por su baja productividad. Como consecuencia los resultados son insuficientes. De tal manera, que utilizando como ejemplo el caso francés, apreciamos que nuestros vecinos, son más inteligentes, ya que registrando la mitad de las noches o estancias en su demanda internacional, ingresan prácticamente, la misma cuantía de ingresos por turismo extranjero.



En ese sentido podríamos preguntarnos ¿Si nuestros bajos precios nos hacen competitivos? Asimismo, podríamos preguntarnos también ¿si son nuestros coeficientes de productividad los que permiten vender a precios bajos? Las dos preguntas deberían ser respondidas negativamente. Nuestros precios inadecuados no nos hacen más competitivos, sino que estamos absorbiendo estratos de demanda que asumen una calidad discutible, pagando a cambio tarifas envilecidas (hoteles de cinco estrellas degradados, vendiendo habitaciones por menos de cien euros, como ejemplo). Tampoco es nuestra productividad la que facilita vender a precios menores, ya que aquella, respecto a la media europea en turismo, se encuentra por debajo de un 30 %.



Como consecuencia, cuál es nuestra conclusión a dicho análisis. Resulta bastante elemental el examen de la situación: costes salariales inferiores, que conducen a deficiente calidad, y a menor preocupación por la formación. Por ello deberíamos recordar algo de la teoría del valor de David Ricardo cuando establecía, que el equivalente de cambio de las mercancías, (servicios turísticos y precios de las habitaciones) debería identificarse con la cantidad de trabajo utilizado para su producción.



En el turismo español, parece no importar tanto la competitividad y la productividad. Lo que equivale a renunciar a estrategias de mejora de imagen y calidad, que se lograrían, incorporando procesos de innovación. Siendo aparentemente competitivos por los precios, porque los costes de la no calidad y de los salarios son bajos.



Asimismo, parece que también renunciamos a la productividad, ignorando la tecnología aplicable al proceso productivo, así como la innovación en la distribución y la organización de los procesos. Lo cual nos acercaría al pensamiento de Adam Smith, que entendía exactos los principios de Ricardo; posibles en las sociedades primarias, pero incompatibles en actividades donde la producción de los bienes requiere capital en abundancia.



En la mayoría de los sectores que integran el sistema turístico, hemos pues de interpretar, que el logro de la competitividad y productividad que necesita el turismo español, se ha de basar en dos hechos indiscutibles: ampliar la formación en el tiempo, mejorando sus contenidos y sus objetivos, y haciendo irrenunciable el aprovechamiento de las oportunidades y experiencias tecnológicas e innovadoras.



Por tanto, la formación es la única vía para el logro de la calidad de los servicios turísticos. Y solo con calidad e innovación, aumentaremos la competitividad. En el marco de ese modelo seremos eficientes. No exclusivamente, porque seamos baratos. En paralelo, la racionalización de los costes y también la mejora de la calidad por la formación y la tecnificación, nos llevará a una productividad real y rentable.

Portal de América - fuente: www.boletin-turistico.com

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.