Coherencia turística y herencia ambiental
Miércoles, 09 Mayo 2012 21:40

Coherencia turística y herencia ambiental
Un sitio es declarado patrimonio de la humanidad para bregar por su preservación. Sin embargo, con frecuencia esta declaración aumenta el flujo turístico al lugar, y en consecuencia también se incrementan los efectos negativos sobre el ambiente. En suma, la medida acaba siendo contraria al objetivo previsto.
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por  Jorge Guasp

Como la energía nuclear (y más allá de los desastres que ésta ha provocado en distintos lugares del mundo), el turismo puede tener efectos beneficiosos o perjudiciales. Descubrir un nuevo destino puede incitar a las autoridades, e incluso a los turistas, a preservar el lugar. O puede promover un uso indiscriminado y masivo, que acabe por destruir los recursos del destino.
Los humanos somos seres esencialmente contradictorios. Veo gente que a diario critica a las autoridades por no proteger los bosques, y se deshace de su boleto de ómnibus o de su cigarrillo en medio de la calle. Y aunque pueda parecer insignificante la contaminación de un boleto en la calle comparada con la tala de decenas de hectáreas de bosques para plantar soja, es importante considerar algunos aspectos:

En primer lugar, cualquier actitud, por pequeña que sea, suma o resta en la preservación del ambiente. Cabe recordar que las situaciones globales son la suma de las actitudes que adopta cada habitante del planeta. En segundo lugar, a menudo importa menos lo que hacemos que cuán conscientes somos cuando lo hacemos. Arrojar un papel a la calle no destruirá el mundo. Pero si lo arrojamos inconscientemente, lo más probable es que traslademos esta inconsciencia a otros aspectos, más perjudiciales quizá que el papel en la calle…

En el turismo, la incoherencia entre lo que decimos y hacemos también es frecuente: guías que hablan de preservar el ambiente y arrojan las colillas del cigarrillo en cualquier sitio, en medio de su charla aleccionadora. O excursiones “ecoturísticas” durante las cuales el chofer lava el vehículo en medio de un curso de agua… No es que se trate necesariamente de personas perversas; es sólo que no son conscientes de lo que hacen.

Somos parte de un todo que depende de nuestra conducta individual. De nuestra coherencia, o incoherencia ambiental, depende el futuro, tanto del turismo como del ambiente. Así como no podemos gastar de más y aspirar a dejarles una herencia a nuestros hijos, tampoco podemos pretender preservar nuestra fuente de ingresos en el turismo de naturaleza si no conservamos el ambiente.

Como ya señalé, lo peor no es la incoherencia sino la inconsciencia. Pongamos atención en nuestra conducta diaria, y en sus consecuencias ambientales. Y esa misma conciencia será la encargada de otorgarle coherencia a nuestros actos.

Portal de América - Fuente: http://www.boletin-turistico.com

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