Porque a ver…. que levanten la mano quienes fuesen capaces hasta hoy de decir de corrido la capital de Botswana y los países con los que hace frontera sin consultar la Wikipedia. ¡Uy, qué pocos!
He de reconocer que su Majestad tiene buen gusto a la hora de elegir destino de vacaciones (otra cosa es que comparta su gusto por divertirse matando a otros seres vivos). Botswana es uno de los países más fascinantes del sur de África. Un país sin litoral, encajado entre Namibia, Sudáfrica y Zimbabwe, de extensión un poco mayor que la de España, pero con solo dos millones de habitantes. Es más fácil cruzarte con un elefante que con un botswano porque el país alberga también la mayor concentración de paquidermos del continente negro: unos 110.000. Población que crece al 5% anual y causa ya conflictos de territorialidad con las comunidades locales. Por eso su caza controlada es legal.
Además de pegarle tiros a los elefantes por la módica cantidad de 37.000 euros la partida, acompañado por un tipo que parece salido de un campamento de los Geyperman, en Botswana se pueden hacer cosas mucho más interesantes. Por ejemplo:






Los bosquimanos, aborígenes de Botswana (aunque hoy son solo una minoría de unos 45.000 individuos) decoraron hace 4.000 años con pinturas rupestres las Tsodilo Hills, un grupo de cuatro montañas sagradas que emergen solitarias en medio del Kalahari. Son otro de los lugares imprescindibles para ver en Bostwana. También Maún, la principal ciudad del Okavango, ubicada en el extremo sur del delta, a las puertas del Kalahari. La ciudad ha crecido mucho y se ha internacionalizado porque desde aquí parten la mayoría de safaris que se adentran en los parques naturales de Botswana.
En serio: si quieres vivir una verdadera experiencia natural viendo animales en libertad en África, mi recomendación es Bostwana, mejor que ningún otro lugar.
Datos prácticos: el mejor momento para ver grandes animales en los parques nacionales de Botswana es en la época seca, de junio a finales de septiembre. El paisaje se convierte en un escenario reseco y fantasmal y los animales se ven forzados a migrar a las pocas charcas húmedas que quedan. Es la ocasión propicia para observarlos y fotografiarlos.
Yo viaje con la compañía Kananga, que organiza varios tipos de safaris fotográficos al África austral. También ofrecen este tipo de viajes Club Mar Polo, Orixá, Mujer y Viajera o Trekking y Aventura. Me costó unos 2.500 euros, con pasaje aéreo incluido. Y no maté ningún elefante.
Para saber más: el libro de Antonio Picazo, Latidos de África (Ed. Desnivel) dedica un genial capítulo a estas zonas de Botswana.
Sobre el blog
Un blog de viajes para gente viajera en el que tienen cabida todos aquellos destinos, todos aquellos comentarios, todas aquellas valoraciones que no encontrarás en otros medios.
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Sobre el autor
Paco Nadal estudió Ciencias Químicas, aunque lo que más le gustaba desde pequeñito era recorrer el mundo y contarlo. Al final lo consiguió y ahora le pagan por viajar. Periodista especializado en viajes, escritor y fotógrafo, colabora con la Ser y con El Viajero, además de presentar series documentales en Canal Viajar.