Centrándonos en Uruguay y al ser éste el último programa del año, queremos, a título de advertencia decir que en la conducción del turismo estamos viendo más de lo mismo tanto a nivel público como privado.
En lo relacionado al Ministerio de Turismo lo hemos señalado en anteriores administraciones y sobremanera en el periodo que el organismo estuvo a cargo de German Cardoso, vemos un desmedido, innecesario, exagerado despliegue de miles de kilómetros por todo el país y claro, muy pocos avances, o al menos anuncios de nuevos planes, estrategias, acciones.
Lo peor, es que esas exageradas maratones presenciales en cuanto evento o eventito que haya en cualquier parte del mapa se emparentan directamente con el aspecto político de la cosa y no con el práctico de hacer cosas para el desarrollo de la actividad y se sustentan apenas en el aqui y ahora, lo cual reafirma nuestra reflexión en el sentido de que se trata de hechos políticos
Obviamente que cada vez que nos pronunciamos de esta forma viene como contrapartida el juicio de que nuestra crítica se basa en la ausencia de publicidad otorgada. Vamos a entendernos, desde la administración Villar y la de Amestoy, jamás hemos percibido ni una moneda del Estado uruguayo.
En la actual administración por iniciativa de la misma, sabemos que están corriendo los papeleos burocráticos internos para asignársenos pauta publicitaria, lo cual, como siempre, demuestra que nuestra línea editorial nada tiene que ver con el hecho de tener o no tener publicidad oficial y en este caso puntual, tal como nos pasó con la administración Cardoso, corremos el riesgo que lo que se está procesando pueda interrumpirse.
En lo empresarial, estamos en la espera de los pasos a seguir luego de las elecciones en la Cámara Uruguaya de Turismo. No sabemos si ellos lo tienen claro pero nosotros esperamos un giro de 180 grados en la conducción del sector. Esperemos.
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