Además de ser un hombre joven y "viajado", lo que ya de por si, aporta conocimiento, el presidente tiene en su entorno (familiar y también político) muy cerca, a conocedores de la actividad. Por ello en nuestro tweet (apenas terminó la conferencia), dijimos: "Dos apuntes: se interesa y está bien asesorado".
Primera vez que escucho a un Presidente uruguayo expresar con exactitud, en el momento preciso, “turismo interno” y especialmente “turismo receptivo”. Dos apuntes: se interesa y está bien asesorado. pic.twitter.com/EiJ7eFfiYP
Históricamente la actividad turística ha sido "ninguneada" desde el más alto nivel de gobierno.
Estamos hartos de reiterar que hasta este período, toda vez que se reunían las cámaras empresariales con la presidencia, nunca estaba el turismo, así como mucho menos, el turismo integrando las delegaciones comerciales y empresariales que acompañaban al presidente en los viajes al exterior. Si bien en el período que gobernó el FA se realizaban los consejos de ministros asiduamente, no era frecuente tener noticias de acuerdos con la cartera del sector.
Sin caer en el lugar común de excusar todo por la pandemia, está claro que -aún sin conocerlo-, el programa, la idea, la ruta que inclusive mentalmente se pudiesen haber trazado íntimamente las nuevas autoridades del MINTUR, inevitablemente en el actual contexto, la principal función a cumplir es la que están desarrollando, la de bomberos.
De cualquier manera, está todo por hacerse.
No estamos tan seguros de que ni el presidente, ni las nuevas autoridades del MINTUR, tengan claro la dimensión del cambio que requiere la actividad.
Allí, inevitablemente, habrá que sopesar una vez más la gran disyuntiva de gasto e inversión.
El turismo, para volver a ser más rápidamente de lo que le demandaría a otras actividades, una herramienta generadora de riqueza y empleo requiere, bastante más que apagar sus incendios, necesita inversión fuerte para potenciarlo, a un nivel que quizás pueda ser catalogado como único en la historia.
No hace falta explicar que para poner a andar a esta actividad, conjuntamente con la del transporte aéreo (generalmente no existe una sin la otra y en el actual contexto, sería imposible disociarlas) la mencionada inversión debe partir en su inicio desde las arcas nacionales -nunca tan bienvenido el keynesianismo-.
Por lo tanto, más temprano que tarde, el actual gobierno, que le juega por izquierda a la izquierda en lo social; que en la coyuntura copia lo mejor, en vez del riesgoso ensayo-error, quizás se anime a "comprar" la idea de apostar fuertemente a este sector, quizás el que más probabilidad tiene de alcanzar una transversalidad inédita hasta ahora, en el país, con todo lo que ello puede suponer.
El lugar del turismo entonces, no es el que tuvo ni el que tiene; nos permitimos entonces fantasear con el que puede tener.
¡Uruguayos a las cosas!, como alguna vez le dijo a los argentinos Ortega y Gasset.
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