Más allá de las opiniones y polémicas que seguramente despertará esta noticia, es interesante señalar su impacto de marketing y la segura repercusión que tendrá en un mercado tan poderoso como el de los Estados Unidos a la hora de apuntar hacia posibles inversores y eventuales aspirantes a ser residentes en nuestro país.
El anunciado notorio giro que dará en su política internacional Uruguay a partir del próximo 1 de marzo, seguramente cambiará las reglas de juego en la mirada desde el hemisferio norte hacia el más pequeño territorio del Mercosur. Ello de varias formas podría llegar a verse reflejado en nuestra actividad.
No hay que pensar solamente en grandes inversores inmobiliarios convencionales. Tendríamos que estar atentos de aquí en más para motivar la posibilidad de instalación en el país de emprendimientos necesarios que pueden llegar a ser trascendentes como parques temáticos; complejos de hospitalidad con el formato resort; transformación de la oferta de sol y playa y ¿por qué no? del transporte aéreo actual y tal vez del ferroviario.
Uruguay necesita dar un giro cualitativo a su oferta turística y para ello, es imprescindible encarar al turismo receptivo como lo que es, un negocio que genere empleo y riqueza y recuperar el tiempo desperdiciado con políticas equivocadas que han llevado a la grave situación que hoy enfrenta el empresariado del sector.
Portal de América