Pasan los años y seguimos hablando de "temporada", veamos este pasaje: "La Cámara Uruguaya de Turismo sostiene que “la situación” del sector “es apremiante”, no ve mejoras de cara a la próxima temporada y por ello anticipa que se producirá una “guerra de precios” para “captar lo poco que viene”. La que pasó marcó una caída de actividad de entre 30% y 35% y los empresarios no ven que mejore para la próxima.".
Estamos en junio aún, falta medio año para que comience "la temporada"...y no estamos entrando en lo que se podría catalogar como un período del año favorable para la llegada de turistas, ¿no?, ¿entonces?.
Veamos esta otra aseveración: "Hace varios años se posicionó como una de las principales actividades del país, pero actualmente el turismo atraviesa una “situación apremiante” con baja rentabilidad, cierre de establecimientos, recorte de empleos y “competencia desleal” de las plataformas digitales de alquiler (como Airbnb)".
¿Realmente el turismo en Uruguay fue alguna vez la principal actividad económica del país como se ha querido hacer creer?. Nosotros creemos que no. Partimos de la base que los datos estadísticos han sido "dibujados", que no tienen rigor científico y que nadie puede confirmar que haya más de 4 millones de turistas al año, por ende, tampoco habría 2300 millones de ingreso por divisas y muchísimo menos, 110 mil empleos directos. Volviendo a Migraciones, aquí, como en todo el mundo se cuentan visitantes y no turistas y la academia dice que éstos, en promedio, apenas superan el 50% de aquella cifra. De ese modo cae la suma de divisas a poco más de la mitad y el empleo, como lo hemos reiterado hasta el cansancio, nada menos que el Foro Económico Mundial (WEF), sitúa la cifra de empleos generados por turismo en Uruguay, en poco más de 45 mil. Pero si a este último dato, lo actualizamos con otra de las aseveraciones del presidente de la CAMTUR en el Parlamento: señalando que entre los impactos por la mala temporada, hay un 26% más de personal en el seguro de paro (comparando abril de 2019 con un año atrás) y en hotelería la cifra llega a 70% más, el panorama en vez de preocupante, pasa a ser desastroso.
¿Cuántas veces chocaremos con la misma piedra?
"El “castigo” que sufre la actividad, según el presidente de la Cámara de Turismo, está relacionado a los problemas económicos que sufren los países vecinos. “En temporada estival entre Argentina y Brasil conforman el 80% de nuestros visitantes. Que esos países estén mal, sin duda, repercute en nosotros. Por más esfuerzos que hagamos de toda índole, promocional, de precios, tour, ferias, visitas, se hace muy cuesta arriba”, manifestó.
Bien, ¿no habrá llegado el momento de barajar y dar de nuevo?. Estamos convencidos que sí.
Uruguay está en pleno proceso electoral, por un lado este dato de la realidad hace que lo que resta del 2019 y el primer trimestre de 2020, sea tiempo muerto, en el que "no va a pasar nada". Sería muy buena cosa que al menos, le hagamos caso a Damián Argul y nos pongamos todos los involucrados a "Pensar el turismo". Podríamos comenzar por delinear una agenda, establecer un menú. Como es nuestra costumbre, proponemos nuestra idea.
Aunque suene poco serio, nada académico y pueda restar credibilidad a nuestra propuesta ya desde el arranque, debemos decir que estamos seguros que -aunque no cambie el signo en el gobierno central- todo el sector debería rezar para que el Ministerio de Turismo sí cambie, que deje de estar en manos del Frente Amplio. Los tres últimos ejercicios han destruído al sector. Peor no puede estar. Lo más preocupante es que sus jerarcas siguen como Alicia, en el país de las maravillas, los medios de comunicación masivos se hacen los desentendidos para no perder a uno de los mejores clientes publicitarios y los empresarios, salvo honrosas excepciones, no saben, no contestan,. Entonces, hasta hace cinco minutos todos creían (¿o siguen creyendo aún?) que el turismo uruguayo superaba en rendimiento a la carne, que es una actividad transversal que genera empleo y se destaca entre los servicios exportados. Bueno, la mala noticia es que no. Nada de eso.
Uruguay debe fijar en serio, política de turismo de Estado. Para ello, debe haber consenso en la creación de un directorio, un consejo de notables, un equipo de trabajo, nos resistimos a denominarlo Consejo Nacional de Turismo porque enseguida se empieza a sumar representantes de sectores y terminan estando allí sapos de muchos pozos que nada tienen que ver. Tres o cuatro representantes del nuevo gobierno y cinco o seis notables reconocidos de la actividad privada, los cuales no deberían ser obligatoriamente todos uruguayos. Este grupo debería revisar de manera prioritaria:
a) Ministerio de Turismo - ¿Debe seguir existiendo como tal?, ¿Debe ser un organismo moderno compuesto por un directorio y algunas pocas decenas de técnicos?, ¿Debe continuar siendo un escenario propicio para el lucimiento encubierto de políticos que quieren construir buena imagen dando solamente buenas noticias?
b) Organismo de promoción - Embratur; Inprotur; Procolombia; Sernatur, pueden ser formatos interesantes para analizar, evaluar y de cada uno de ellos extraer lo mejor.
c) Entidad supra de la actividad privada - Puede seguir denominándose Cámara Uruguaya de Turismo pero debe dar un giro de 180 grados en su composición y en su formato. Un directorio conformado con representantes de TODOS los sectores que tienen directa relación con el turismo; que se benefician o se perjudican en consecuencia con la suerte del sector. Hablamos de actividades que exceden a la hospitalidad y a los servicios turísticos, por ejemplo: construcción; sector financiero; frigoríficos; embotelladores de bebidas; casinos; bodegas; aerolíneas; concesionarios de aeropuertos y terminales terrestres, fluviales y marítimas, etcétera.
d) Grandes lineamientos - Estructuración de un calendario nacional de eventos; revisión y modificación de la ley de turismo; diseño y puesta en marcha de políticas de Estado en turismo y también en transporte aéreo; terrestre y fluvial.
Seguramente volveremos a tocar estos temas, es nuestra obligación bregar en la generación de opinión que choque de frente con la instalada burrocracia pública y también privada. No nos salvamos ninguno.
Portal de América