
Los responsables de las aerolíneas que operan actualmente en Uruguay no ganan para sustos y a partir de la pasada jornada entraron en vigilia permanente de lo que pueda ocurrir en la planta de La Teja de la petrolera ANCAP y temen que en cualquier momento les llegue el aviso que por medidas gremiales se terminaron las reservas de combustible JA1 en la terminal aeroportuaria y deben avisar a sus casas matrices otra mala nueva, esta vez que no manden sus aviones cumpliendo vuelos regulares porque en Montevideo no pueden repostar.
Mientras tanto, veíamos en algún noticiero de TV de este martes 20 de setiembre a un desesperado Luis Borsari que en su carácter de Director General de Turismo de Maldonado, poco menos que rogaba que se decretase servicio esencial la distribución de garrafas de supergas porque lo llamaban desde los hoteles que debido al feriado largo brasileño estaban con pasajeros de esta nacionalidad, sin agua caliente y sin poder calefaccionar las piscinas cubiertas...
Y si no fuese trágico, nos daría mucha risa observar como desde el Estado hablan como si fuera en serio que Buquebus va a construir una terminal fluvial en la rambla Sur.
Días atrás apostábamos con unos amigos si los ferries de esa empresa, en caso de construirse la mencionada obra, ante la primera sudestada llegarían o no, volando hasta la Plaza Independencia.
Mientras todo esto ocurre, Defensa demora en tomar cartas en el asunto de los controladores; Turismo sale en todas las fotos del transporte aéreo y Transporte, ocupa las galerías fotográficas de las Obras Públicas, de Vialidad, pero bien lejos de su cometido específico.
Creemos que en este aquelarre, el demonio en figura de macho cabrío es más de uno, por eso es uy.
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