Quienes nos visitan desde el exterior, asombrados nos preguntan como hacemos para vivir con los exorbitantes precios y tarifas vigentes.
Con la apreciación del dólar de un tiempo a esta parte, se ha ido estrechando el comparativo del precio del combustible en esa moneda pero no hace mucho la nafta super cargada en Uruguay era de las más caras del mundo por más que el precio del crudo como todos sabemos, se haya desplomado.
La calidad del agua en buena parte del país ha empeorado sustancialmente pero la tarifa del vital elemento ha aumentado.
El servicio de telefonía pero especialmente el de banda ancha es de muy baja calidad sin embargo también la tarifa ha aumentado de forma considerable.
En Argentina, la receta para bancar la enorme masa salarial generada en el clientelismo fueron los subsidios, en Uruguay el gobierno del FA no se molestó, pasó directamente el costo al consumo.
Entonces ingresa al mercado la llamada economía colaborativa la que se suma al estropicio del costo estatal y se convierte en la gota que desborda el vaso.
El comercio electrónico hace rato que confirmó que vino para quedarse, de manera que sería saludable que todos, asumiésemos que tarde o temprano algunos tipos de negocios mutarán de modo drástico y entre ellos, el transporte de pasajeros en vehículos con chofer y obviamente también la industria de la hospitalidad.
Cuando ello ocurra (o sea, a la brevedad) "la chapa" de taxis y/o remises pasará a valer nada y los emprendimientos hoteleros de entre dos y cuatro estrellas deberán reciclarse sí o sí, si no quieren seguir los pasos del céntrico Hotel Continental que se convirtió en residencial para ancianos.
En los primeros días del próximo mes de abril habrá en Montevideo una conferencia convocada por la OMT y el Mintur en respaldo a FEHGRA y AHRU para tratar el negocio de la economía colaborativa. Veremos lo que depara.
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