Turismo extremo: el límite ético de los operadores
Domingo, 11 Enero 2015

Un habitante cruza la calle principal de Nangahar en Afganistán Un habitante cruza la calle principal de Nangahar en Afganistán . Foto: Reuters publicada por El País Digital
Ante la clásica pregunta ¿Qué es turismo extremo?, está la "mejor respuesta" de Yahoo que dice: "El turismo extremo es una nueva forma de vivir y sentir el tiempo libre. Es creciente el número de adeptos a esta manera de disfrutar del mismo, cansados de las modalidades tradicionales, y que buscan experiencias más intensas. El turismo extremo está asociado a la práctica de disciplinas deportivas como el descenso de barrancos, el rafting, el torrentismo, etc. El perfil del turista es de jóvenes entre 18-35 años, amantes de los deportes. La práctica del turismo extremo en los comienzos era sumamente costosa, en la actualidad ya no es tan cara. Este tipo de viajes se caracteriza por las temperaturas extremas, la carencia absoluta de comodidades, y el constante riesgo acechando en cada rincón, que dispara los niveles de adrenalina."
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Pero, ya sabemos que en el mundo todo cambia y esa definición se vuelve naif a la hora de analizar el giro que ha ido tomando en los últimos tiempos esta modalidad.

Por un lado, como una modalidad pacífica y sin riesgos está el Turismo Bélico, el nombre que se le da a la actividad turística asociada a visitas y viajes a sitios donde las marcas de un conflicto armado reciente, como búnkeres, campos de concentración y municiones, siguen estando muy presentes, como si de cicatrices de un traumático y violento pasado se trataran. Según blogturismo.com "Los motivos para viajar a este tipo de sitios pueden variar.  Algunos toman la decisión de conocer algunos de estos paraderos por motivos personales, mientras que otros sienten un morbo insano por observar escenarios que fueron testigos de lo peor que tiene que ofrecer la naturaleza humana en tiempos desesperados.

Aparte de los destinos archiconocidos que se encuentran esparcidos por algunos de los escenarios más representativos de la II Guerra Mundial, Normandía, Auswitch y Pearl Harbor, hay otros destinos populares entre turistas bélicos que, sin embargo, no están tan presentes en el subconsciente colectivo.

Lugares como Srebrenica en Bosnia, donde fueron asesinados 8.000 musulmanes, ó el campo de tiro de la Defensa Nacional donde viajeros pueden disparar AK-47s que ayudaron al Viet Cong expulsar a los americanos de Vietnam, son sólo algunos ejemplos de países menos desarrollados que se aprovechan de tragedias del pasado cercano para obtener divisas y atraer a turistas que, por algún motivo, se sientan atraídos a estos escenarios malditos.

Pero también podría llamarse Turismo Bélico a lo que está pasando, según consigna ANSA con el récord de viajeros británicos que desafían la suerte sin preocuparse de atentados ni de talibanes, y parten al descubrimiento de Afganistán, uno de los países más conflictivos del mundo.

Poco les importa que el Foreign Office lo haya incluido en la lista negra de naciones donde no conviene poner un pie.

Según el Times de Londres, numerosos viajeros pudientes en busca de emociones fuertes acuden a los operadores turísticos especializados, que en 2014 registraron reservas récord.

Uno de ellos, Wild Frontiers, más que duplicó en el último año el número de grupos dispuestos a visitar Afganistán, Pakistán e incluso el Kurdistán iraquí, pese a la amenaza del grupo terrorista Estado Islámico. También Hinterland Travel está cerrando un 2014 sin precedentes.

"Nuestros clientes quieren ver más allá de los títulos de los diarios y comprender por sí mismos lo que está ocurriendo", dijo Jonny Bealby, fundador de Wild Frontiers.

Según Bealby, no se trata de personas desconsideradas que sólo buscan aventura, sino que se trata de viajeros informados y a menudo críticos hacia los medios que, en su opinión, tienden a exagerar la realidad que se vive en el terreno.

El simple hecho de realizar paseos por Afganistán ya representa un grave peligro. El suelo del país alberga minas, municiones y bombas dejadas por 35 años de conflictos, lo que lo convierten en uno de los territorios más peligrosos del mundo.

Según la Convención internacional sobre armas clásicas (CCAC) firmada en 1980, todo beligerante debe ayudar a limpiar los restos explosivos de la guerra antes de su partida. Pero la realidad es totalmente distinta en Afganistán, aún en pleno conflicto armado.

También para temerarios: dar un paseo por Irak


Hinterland Travel, una agencia especializada en destinos exóticos y peligrosos, reinstauró los tours a Irak en 2011. Es otro viajes solo para temerarios.

No sólo por la situación de guerra que vivió hasta hace muy poco, Irak está aún plagada de bombas, actividades terroristas y secuestros (especialmente de extranjeros). El Departamento de Estado de los Estados Unidos mantiene la alerta de viaje, aconsejando acerca del peligro de visitar cualquier punto de Irak.

Una vasta porción del territorio, además, se halla desde el año pasado bajo el control del Estado Islámico, notorio por lo poco hospitalario que es frente a los extranjeros.

Reflexión final

Como podemos ver entonces cada día se dan más pasos hacia lo anteriormente impensado y para ello, también se requiere la participación de operadores experientes.

Hay algo de lo que podemos estar seguros, este tipo de experiencias pueden denominarse viajes pero no les cabe figurar dentro del turismo.

La primera acepción de la RAE, Real Academia Española sobre turismo dice: "Actividad o hecho de viajar por placer" y a ello le agregamos que tradicionalmente es una actividad directamente asociada con la paz.

Por lo tanto, ni turismo bélico, ni turismo extremo, sugerimos la participación de la OMT al respecto delimitando los principios éticos de nuestra actividad.

Portal de América

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