por Sergio Antonio Herrera

Subieron al panorámico Bus Turístico y fueron conociendo a los otros colegas: sus compatriotas de Bandeirantes; los de Televisión Chilena; los argentinos deTelefé, Canal 13 y TN, así como los de prensa escrita de Folha de Sao Paulo; Jornal O Globo; Clarín, La Nación, Pérfil, Ámbito; El Mercurio, La Tercera; ABC Color, entre otros, donde se destacaban también periodistas de Estados Unidos y de España.

La travesía transcurrió por Avenida de las Américas, el intercambiador de Barradas para acceder a la Rambla Costanera y de esa forma hacer la primera parada en el Sofitel Carrasco a dejar algunos de los invitados y luego hacer lo propio en el Sheraton de Punta Carretas y finalizar en el Radisson Montevideo. Durante todo el trayecto fueron de sorpresa en sorpresa ya que la cartelería que divisaban tenía frases como "Bienvenidos al país del buen vino"; "¡Qué bueno! llegaste a la tierra de "la celeste". Cuando pasaban por Malvín se asombraron con el ritmo y el sonido de La Gozadera, apostada con todos sus integrantes en la vereda sur y en la curva del Puerto del Buceo, sobre un escenario, todo el esplendor de Agarrate Catalina.

A la hora del almuerzo, diversas limousinas fueron llevando al Puerto a los invitados en coincidencia con la llegada de uno de los cruceros más grandes que visitan Montevideo en temporada. Luego de apreciar la flamante Terminal, donde fueron agasajados con un brindis, toda la comitiva cruzó la rambla portuaria hacia el Mercado del Puerto donde el agasajo comenzó con Medio y Medio en Roldós con sus incomparables sandwiches y al tomar asiento en la gran mesa montada en el centro mismo del lugar, otra vez el asombro al dirigir sus miradas hacia el escenario montado a su frente: los maestros de ceremonia eran Diego Lugano y Diego Forlán quienes dieron la bienvenida oficial y solicitaron a los periodistas extranjeros y a los operadores turísticos de distintos países que se habían unido si podían dejar un asiento libre en la cabecera porque ellos habían invitado a alguien que seguramente iba a ser del agrado de los comensales...

A continuación y como de la nada, apareció José Mujica y ante la incredulidad de todos, tomó asiento muy sonriente.

Desde el escenario "Los Diegos" anunciaban un contrapunto seguramente inesperado por propios y extraños e invitaban a subir a Jaime Roos y Ruben Rada al tiempo que la ovación hacía estremecer los cimientos de la legendaria estructura.

Para los postres, Jorge Drexler hizo que todos bailaran en la cueva y para el café, como lo más natural del mundo, se paró ante el micrófono Eduardo Galeano provocando lo que siempre, silencio y admiración.

Una recorrida por la ciudad para mostrar la Casa de Gobierno, el Teatro Solís y el Estudio Auditorio, algunos centros comerciales y el paréntesis de un par de horas para recomponerse y estar prontos para la gran noche.

El lugar: el Monumento al Fútbol Mundial, el Estadio Centenario donde a pesar de no haber partido alguno programado lucía repleto con 60 mil personas en las tribunas.

La comitiva ingresó a la cancha por el túnel, igual que los jugadores y allí, sobre el verde césped, recibían el saludo del Maestro Oscar Washington Tabárez, su cuerpo técnico y varios de los cracks celestes que estaban en el país. Todos se acomodaron en una platea colocada a tales efectos junto al cuerpo diplomático en pleno, autoridades y prensa local.

En las cuatro tribunas, pantallas gigantes con un spot de Uruguay Natural y en el centro de la cancha un escenario giratorio donde esta vez los maestros de ceremonia eran Natalia Oreiro; Maxi de la Cruz; Carlos Perciavalle y el loco Abreu quienes anunciaban por su orden a Lucas Sugo y su banda; La Vela Puerca, el Cuarteto de Nos y No Te Va Gustar...

En los días siguientes los invitados fueron disfrutando de los balnearios del Este hasta la frontera; dieron una vuelta por Colonia y descansaron un par de días en las Termas.

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