Enancados en la proclama nacional llevada adelante por analfabetos en aviación comercial que sostenían que Pluna era un agujero negro y que un país de tres millones de habitantes no necesitaba una aerolínea, la cerraron para dejarle el camino expedito a Juan Carlos López Mena, el aliado elegido por ellos (y no al revés), sobreestimado por ellos y ayudado por los medios masivos por puro interés comercial.

No voy a revelar el nombre de quien me lo dijo pero sí, digo que fue un integrante de primera línea de este gobierno quien el miércoles 30 de julio sobre el mediodía, se disculpó conmigo por no haber dado su testimonio para mi libro "Pluna, el riesgo de volar alto", confesando que sobre el tema "no podía hablar" y agregando a continuación su felicitación "por los huevos" (textual) que tuve al escribir lo que escribí y sostener que existió la "Estrategia capicúa" gubernamental para  favorecer a López Mena.

En el libro digo que hubo una especie de pacto de silencio por el cual ninguno de los integrantes del gobierno que invité a dar su testimonio para la obra aceptó hablar conmigo.

La miopía

La astucia, el instinto de supervivencia de Enriquer Pintado de aceptar faltar a la verdad el 12 de setiembre de 2012 cuando se suspendió la primera subasta de los aviones, la  que se iba a realizar en el Aeropuerto de Carrasco, oportunidad en la que debatimos en tono elevado él y yo (posteriormente me dio la razón en nota realizada en El Espectador) porque yo sostenía que no había interesados y él decía que habían cuatro.  Tanta razón tenía yo que 19 días después, el 1 de octubre de ese mismo 2012 para la histórica parodia de subasta del Pabellón de España en la Rural del Prado, no había ningún oferente y hubo que fabricar al Caballero de la derecha. Pasado ese episodio, el presidente lo relegó ostensiblemente en la conducción de la aviación comercial al punto que no tuvo ninguna participación en todo el proceso de Alas Uruguay, el episodio más importante del sector después de Pluna.

La soberbia de Fernando Lorenzo le llevó a determinar que como Pluna "daba pérdidas" había que cerrarla. Nunca entendió (sigue sin hacerlo) que no se trataba de una empresa cualquiera sino de un instrumento vital para la conectividad, el turismo y la imagen del país. Pero falló también en su apreciación técnico-profesional específica ya que no puede un economista que ocupa un lugar de tan alta responsabilidad, errarle tan feo y determinar el cese de una empresa porque "podía perder 20 o 30 millones de dólares" sin visualizar que esa acción por él alentada le llevaría a perder cientos de millones verdes. Tampoco podría haber sido tan elemental, tan obvio, de proponer o aceptar, enarbolar la cifra de 3.500 millones de dólares de riesgo probable por reclamaciones de exfuncionarios de Varig. Esa cuenta no la hace ni un analfabeto, mucho menos un profesional de su talla. Pero lo peor fue que para hacer el mandado se vio obligado a tejer una oscura telaraña, tan oscura que bien lejos de sus principios y sus ideales, tuvo que sentarse a tramar con López Mena y así salió el zafarrancho que le costó su cabeza y la de Calloia.

La admiración por López Mena y su encono por Campiani, hicieron aflorar la "baqueanez" del presidente José Mujica y cuando el sábado 1 de julio Lorenzo y Pintado lo visitaron en Rincón del Cerro llevándole el invento de los 3.500 millones decidió la muerte de Pluna.

Como te digo una cosa te digo la otra...

Dentro de algún tiempo (guarden esta afirmación) se confirmará que el único delito cometido por Matías Campiani fue el de la soberbia, la que le llevó a abortar su estrategia porque con ella generó un contexto irrespirable a nivel político en ambas márgenes del Plata y de ese modo todos le querían pegar y le pegaron, hasta en el piso. Entonces, también dentro de algún tiempo se podrá valorar lo que ni siquiera ha sido analizado en general y esto es, la transformación que el hoy recluido en Campanero había imprimido en Pluna, llevándola a ser la mejor de la historia en el quinquenio que estuvo a su cargo.

Si el problema era Campiani, el día 15 de junio de 2012 había dejado de serlo porque luego de ser amenazado quasi en tono mafioso por Lorenzo y Apesteguía tuvo que ceder las acciones del 75% por un dólar.

El gobierno recuperaba una aerolínea que había negociado casi quebrada cinco años antes totalmente transformada. Una flota moderna y eficiente de 13 aviones (podrían sobrar tres como casi todos coincidimos), el número de clientes y por ende la recaudación  multiplicados por tres, un valor llave muy importante dada la imagen conseguida en el exterior, las certificaciones de calidad y seguridad siguiendo los más exigentes protocolos internacionales y los reconocimientos y premios internacionales otorgados hasta después de la quiebra.

¿Alguien se puso a pensar cuánto más fácil y efectivo hubiese sido que el 16 de junio de 2012 en vez de formar el directorio ineficaz y de adorno designado para Pluna SA se le hubiera entregado la compañía a los funcionarios?.

¿Alguien se puso a pensar que hubiese ocurrido si en vez de cerrar para "entregarle la papa" (que resultó envenenada) a López Mena, se hubiese escuchado al propio Campiani cuando le dijo al gobierno que tenía un interesado firme para comprarle las acciones al fideicomiso como en realidad era la aerolínea brasileña Trip?.

¿Alguien se puso a pensar o indagó acerca de la causa por la cual el 27 de junio de 2012 Joseph Randell, CEO de Jazz Airlines resolvió perder la inversión hecha en Pluna SA y retornar a Canadá?.

Esa noche, una mesa preparada para ocho comensales quedó sin usar en el apartamento de la calle Melitón González donde vivía Campiani. "No hay más nada que negociar con esta gente Matías, ellos ya tienen decidido con quien quieren seguir" le dijo Joe por teléfono al frustrado anfitrión.

Despojado de su impunidad, López Mena pasa a ser un mortal común y por ende, pasible de errores. Un empresario honesto, respetuoso y por ende temeroso de la justicia, jamás podría haber urdido la estrategia de Cosmo. Un zafarrancho de esa magnitud solamente se explica con la autoría de un impune. En este caso, primero la producción de En Perspectiva de El Espectador y luego la foto de Diego Battiste de El Observador en Lindolfo, hicieron trizas la patente de corso del dueño de Buquebús y de esa manera, se desmoronó la patraña ideada y urdida por Mujica y López Mena.

Por todo esto, es que a nosotros nos asombra, de a ratos nos desconcierta y de modo permanente nos rebela escuchar a los goberantes mentir tan abiertamente respecto a una supuesta decisión de un tribunal brasileño que desligaría a Pluna SA de responsabilidad por juicios.

Pero es peor y nos da asco, que se siga manejando la cifra de 3.500 millones de dólares y que todos los medios lo repitan de modo tan sumiso u obsecuente.

Lo que sí decidió el STF de Brasil ¡PERO EN MARZO, HACE MÁS DE CINCO MESES !!! fue que el Ministerio Público debe indemnizar a Varig por una cifra impresionante que ronda los 6 mil millones de dólares por el congelamiento tarifario emergente del Plan Cruzado aplicado entre octubre de 1985 y enero de 1992 que perjudicó abiertamente a la exaerolínea riograndense. Con esos 6 mil millones al síndico del concurso le da y le sobra para resarcir a los exfuncionarios y por esa causa, tácitamente caería el riesgo para Pluna y por extensión para el estado uruguayo.

No hay fallo nuevo, no existe la palabra Pluna en la página del STF ni en la prensa brasileña.

El cierre de Pluna fue una herejía.

Sergio Antonio Herrera

Portal de América