Viajar o vacacionar. La reivindicación del all inclusive
Domingo, 14 Julio 2013

Viajar o vacacionar. La reivindicación del all inclusive
Hay momentos en la vida en que las personas deben optar, aún para el ocio, para el placer, para la gratificación individual o familiar y ahí, dependiendo del tino, se podrán disfrutar o padecer los resultados. Hay quienes entienden sus vacaciones con una bien provista mochila, calzado cómodo, buenos mapas y tarjeta de crédito acorde. Están los que confían en su asesor o agente de viajes y se entregan a un programa establecido en el que se pueden mezclar diferentes servicios como tours, cruceros, espectáculos, rent a car y demás. Y dentro de muchas otras variables, están quienes necesitan sí o sí "parar la máquina", detener la marcha cotidiana a puro estrés y reencontrarse, además de con su pareja o familia, consigo mismo y para ello, nada mejor que un resort con el sistema all inclusive.
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La elección debe ser exigente y bien documentada dado que errar significa vacaciones arruinadas. Hay condicionantes mínimas con las que debe contar el sitio elegido para semejante demanda como es esta propuesta. Confortables habitaciones y áreas comunes; higiene; mantenimiento; variada y calificada gastronomía y un entorno natural acorde.

Debemos confesar que estamos gratamente sorprendidos con lo que encontramos en el Royal Decameron en Playa Blanca, en Panamá.

No solamente el lugar tiene condiciones de mantenimiento excelentes, sino que en tamaño y en número excede la natural expectativa.

En una estadía de una semana por ejemplo, todas las noches hemos cenado en un restaurante temático diferente y nos vamos a retirar sin haberlos probado a todos.

En todos los casos, la satisfacción al llegar a los postres desde el punto de vista gastronómico fue excelente.

Hemos degustado excelente cerdo asado, crocantes porciones de pesca del día, variado sushi, combinaciones de frutos de mar, sopas exóticas exquisitas, pavo al horno como para repetir varias veces y siempre, acompañados de la bebida elegida, con sodas que no parecen "de máquina" con buenos vinos sueltos pero también, con la opción de comprar los de marca a precios super accecibles.

Con dos tercios de su capacidad colmada, el complejo no nos hizo formar fila una sola vez para recoger alimentos, tomar bebidas o asistir a un show. Siempre que buscamos una reposera o tumbona en la playa o en la piscina, con su correspondiente sombrilla o quincho de paja lo encontramos de inmediato y en condiciones.

Pero hay algunos aspectos que son los que hacen la diferencia y además, identifican con precisión lo bueno y lo malo.

El agua de las piscinas siempre impecable; los espacios comunes relucientes y la permanente disposición del personal a servir con una sonrisa y de modo eficiente.

Pero definitivamente, eso lo sabemos los veteranos de la actividad, "la prueba del nueve" de un resort es su gastronomía.

El Sushi Samba en lo alto, no solamente por su ubicación

En el Royal Decameron la parrilla de mariscos del restaurante El Canal es impactante; la pasta del Pannamai no le envidia nada a las italianas como tampoco defrauda en absoluto la fusión del Kontiki, la receta mediterránea del Café Med y las carnes a las brasas del Cayuco. Pero el punto más alto a nuestro gusto, coincidentemente alto también en su ubicación y su entorno, rodeado de psicinas muy bien presentadas con juegos de luces y aguas, es el restaurante Sushi Samba donde los comensales se ven homenajeados con un sistema estilo rodizio pero...de aquellos. Frutos de mar, arroces, carnes, vegetales, sopas, crean un estado de fantasía del cual cuesta mucho decidirse a salir y muy poco buscar repetir.

Podemos decir sin temor a equivocarnos que el Royal Decameron Golf Beach Resort Villas de Panamá, es uno de los mejores all inclusive de Latinoamérica.

Portal de América

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