Cuando se secaron las Cataratas del Iguazú
Martes, 02 Julio 2013

Cuando se secaron las Cataratas del Iguazú
Cuando por estos días lo que sobra en la zona de Cataratas de Iguazú es agua, no podemos dejar de recordar cuando a fines de los años setenta (si, del siglo pasado, obvio) se anunció que las Cataratas del Iguazú se habían secado. Nos parece estar viendo el titular a ocho columnas de El País con la noticia.
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El hecho no hubiera sido tan impactante si no se hubiera dado a conocer en los días previos a la Semana Santa o de Turismo...

Eran épocas aún de un turismo muy elemental.

No se le pasaba a nadie por la cabeza viajar por una semana a Miami y Orlando o al Caribe y mucho menos a Europa.

Semana Santa era sinónimo de turismo carretero y los principales destinos eran Buenos Aires; Carlos Paz; Bariloche; Mendoza y Santiago; Porto Alegre y Caxías, Gramado y Canela; Florianópolis; Río de Janeiro y por ejemplo, la clásica Asunción y Cataratas, que convencía a los desavisados que esta maravilla natural estaba en Paraguay.

Nada de ómnibus con aire acondicionado y baño, el plus eran los asientos reclinables y la calefacción.

Era muy usual hacer llegar a los pasajeros a Buenos Aires en ferrys, vapor de la carrera, aliscafos y desde allí movilizarlos en unidades argentinas a los diferentes destinos.

La tarea de coordinar en Buenos Aires era tan importante que generalmente la cumplía el dueño de la agencia o algún alto ejecutivo.

Había que tener prontas las unidades a la llegada del medio elegido al puerto. Y "prontas" quería decir, con guía y servicio a bordo ya cargados.

A fines de 1975 fue inaugurado el Puente General Artigas que une a Paysandú (ROU) con Colón (RA), pero antes de esa fecha, para cruzar el Río Uruguay se utilizaban  balsas.

Para llegar a las cataratas se podía salir en bus directo desde Montevideo cruzando el Río Uruguay o bien vía fluvial a  Buenos Aires, yendo desde allí  indistintamente primero a Asunción o a Iguazú.

Los distintos operadores de ese momento la pasamos muy mal.

Cundió la alarma y como una corrida bancaria, todos quienes habían comprado excursiones a este destino querían desistir y pedían la devolución del dinero.

¿Imaginan el panorama?

A esa altura estaban los hoteles pagados o al menos señados covenientemente, el personal zafral contratado lo mismo que las unidades de transporte que al igual que los hoteles o bien ya habían cobrado o contaban con una importante seña.

Tratar de abortar la disparada de los clientes fue el acuerdo tácito que celebramos todos aún sin hablar entre pares y utilizando todos los recursos disponibles y mucha "carpeta", se logró neutralizar la fuga, haciendo que no fuera tan grave la cosa.

Si se hubiera registrado una cancelación masiva, el sistema habría colapsado. Las pérdidas hubieran sido irrecuperables.

Con humor, recordamos que uno de los argumentos más expuestos fue: "¿Cómo que se le fue el interés?, en su lugar yo no dejaría de viajar, lo que se puede ver en este momento es histórico, las Cataratas del Iguazú secas ¿lo pensó bien?..."

Portal de América



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