Un baño de realidad o, la patria chica
Miércoles, 27 Febrero 2013
Nacimos y crecimos convencidos de la necesidad de la creación de la Patria Grande que querían los libertadores y a medida que pasaban los almanaques y venían las canas, fuimos convenciéndonos que tal hecho era la perfecta utopía. Hasta hace poco, nos habíamos convencido que la Unión Europea con su portentoso euro era poco menos que la perfección y nos cansamos de oír y leer que como era el Viejo Continente y tenía mucho más historia y obvia antigüedad, era el ejemplo a imitar. No hace falta explicar que el ruido del requebrajamiento de esa pesada estructura se escucha desde este lado del Atlántico.
Muchas teorías se están yendo al tacho y entonces, habrá que repensar, al menos las cuestiones fundamentales.
En nuestra región conviven las exitosas Copa Airlines, Avianca y LAN (no nos equivocamos al nominar las dos últimas) con la atada con alambre Aerolíneas Argentinas, la absorbida TAM, la GOL que busca su destino, la integrante de la lista negra de la UE Conviasa y los fantasmas de Varig, Lloyd Aéreo Boliviano, Aerosur o Pluna.
También el impulso a la inversión privada en aeropuertos en Brasil; el lujo grande del mercado chico del Aeropuerto de Carrasco; el flamante aeropuerto quiteño, el anuncio de la triplicación del Merino Benítez con la nacionalización aeroportuaria boliviana y la sospecha de algo parecido en Argentina.
De la forma que está estructurado el negocio mundial, mal que le pese a quien crea o piense lo contrario, la aviación comercial y todo lo que implica, aeropuertos incluidos obviamente, dependieron, dependen y dependerán, del mercado.
Cada país entonces, no solamente por soberanía, debe sustanciar sus realidades con inteligencia y con el asesoramiento de mentes lúcidas, dejando de lado el lirismo y los discursos berretas (ordinarios).
En Uruguay por ejemplo, en pocos días se cumplirán ocho meses del plunicidio y aún, estamos esperando ver que que hacemos con siete aviones nuevos que envejecen parados y con casi seiscientos uruguayos a quienes, en vez de pagarles para que trabajen, les pagamos para que se queden en la casa.
Y no es un contrasentido esta reflexión quejosa.
El Estado uruguayo con este tema, es un jugador que eligió hace años participar de los avatares del mercado al asociarse primero a Varig y luego a LeadGate, debe entonces defender su inversión y no seguir dilatando decisiones que fomentan el óxido de los metales y de las mentes.
Es preciso entonces un baño de realidad, empezando por ordenar la casa y después, cuando seamos ejemplo y no tengamos más pendientes, decir cosas lindas para quien las quiera escuchar.
Portal de América