Pensar el transporte
Lunes, 14 Enero 2013

Pensar el transporte unitecupvlogistica2010wahm.wordpress.com
Cuando hablamos de un país de primera o soñamos con un país desarrollado, hay imágenes, usos y costumbres que deberíamos desterrar definitvamente apenas sea posible. Rutas nacionales sobrecargadas con buses y camiones; atascos y profusión de accidentes fatales, son permanentes recordatorios de nuestra pertenencia a este tercer mundo que ha colonizado la mentalidad colectiva de quienes habitamos esta nación ubicada al oriente del Río de los Pájaros Pintados, el páis esquina con vista al mar conocido como Uruguay.
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Bastó que cerrara Pluna para que cayésemos en la cuenta que era una herramienta imprescindible para el sostenimiento de la hasta ese momento inadvertida conectividad. Basta que crezca el tráfico de madera y soja para que aceptemos que estamos "en la vía" en materia de transporte de carga. Basta repasar los accidentes automovílisticos en rutas nacionales para comprobar que el exceso de esa modalidad de transporte, es una muda y trágica respuesta a la deficiente oferta de transporte colectivo de pasajeros que tenemos en lo nacional.

Ya transitando la segunda década del siglo XXI parece que ha llegado la hora que nos demos la posibilidad de contar con un estudio serio acerca del transporte de carga y de pasajeros en Uruguay.

Hay cuatro modalidades posibles. La más desarrollada y quasi monopólica del transporte carretero utilizando camiones y ómnibus respectivamente; y las semi-inoperantes como la aérea, la ferroviaria y la fluvial.

No vamos siquiera  a intentar meternos en el terreno de la carga, porque no es lo nuestro, no lo dominamos y por ende, el pretendido aporte sería inútil.

Pero en el transporte de pasajeros, a simple vista se nos ocurre que habría que redimensionar el transporte carretero en ómnibus y promover el desarrollo de las tres restantes modalidades: aérea, ferroviaria y fluvial.

TRANSPORTE CARRETERO


De seguir desarrollándose iríamos inexorablemente al caos y no solamente en la sobrecarga de las rutas, también dentro de las ciudades y ni hablar en las terminales. La mayoría de los empresarios del transporte carretero son exitosos y potenciales inversores en cualquiera de las otras tres modalidades si se les presentaran estudios serios y abordables.

TRANSPORTE AÉREO


Hay rutas que con las aeronaves adecuadas y con aeropuertos reciclados serían no solamente rentables para los inversores sino muy positivas para potenciar y/o desarrollar destinos marcados por una notoria estacionalidad o afectados por la falta de conectividad adecuada. No hay que seguir pensando con la mentalidad de cuando fracasaron los anteriores emprendimientos, hay que actualizar la mirada teniendo en cuenta el contexto que generan los nuevos negocios rurales señalados y el cambio de mentalidad del usuario de buen poder adquisitivo. Rutas desde la capital a destinos como el corredor termal o los fronterizos del norte tienen un tráfico asegurado y una tarifa posible muy redituable si tomamos en cuenta las que se aplican en los viajes de ómnibus. Pero hay otras rutas que merecerían explorarse como una que se trazase desde el corredor termal al este y viceversa. El transporte aéreo de cabotaje, en momentos en que se ha tomado conciencia de la necesaria adecuación del precio del combustible para aeronaves, debería ser impulsado con fuerza por los sectores públicos y privados del turismo, como herramienta decisiva para romper la estacionalidad de algunos destinos y de desarrollar definitivamente otros.

TRANSPORTE FERROVIARIO

En el caso de prosperar algunos de los proyectos que se anuncian como el de la empresa estatal del País Vasco, es de esperar que se desarrolle la red vial ferroviaria, actualmente deficitaria o inexistente. En esa hipótesis, pensar en montar una red ferroviaria de transporte de pasajeros no es ninguna utopía y aún teniendo que subsidiar de alguna manera esta modalidad, como se hace en casi todo el mundo, estaríamos dando un paso importantísimo para el desarrollo de algunos puntos del territorio nacional absolutamente definidos como pueden ser los destinos del área metropolitana más alejados del centro de la capital, el proyectado Tren de la Costa, sugerido hasta El Pinar, aunque lo vemos llegando a Atlántida y "en tren de aventurar", ¿por qué no? un ramal a Colonia, conectado a éste y algunas otras rutas de "larga distancia" como la zona termal o la frontera con Brasil.

TRANSPORTE FLUVIAL

No sería descabellado pensar en líneas fluviales regulares remontando el Río Uruguay pero quizás lo más adecuado sería una programación de cruceros fluviales turísticos con embarcaciones idóneas para la referida ruta.

A PENSAR ENTONCES

Primero habría que hacer el estudio de factibilidad y con el resultado a la vista, sentar a una gran mesa redonda a todas las partes interesadas y en esa convocatoria, no deben faltar los empresarios del transporte carretero, a quienes habría que convencer que sería más redituable diversificar el negocio que hacer lobby para evitar el desarrollo de otras modalidades.

Junto con las nuevas modalidades, se podría tentar a los eventuales inversores con la concesión de modernos e importantes paradores ubicados en sitios estratégicos de las diferentes rutas.

Es menester pensar el país, pensar el turismo pero sería muy buena cosa también, pensar el transporte.

Portal de América



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