Avales para todos o para nadie
Sábado, 28 Julio 2012

Avales para todos o para nadie
Todo parece indicar que la quiebra de Pluna haya sido la gota que desbordó el vaso y puesto en estado de alerta a las agencias de viajes de la región. El jueves publicamos la noticia relacionada con las acciones tomadas por la ABAV, pidiendo la intervención de la ANAC brasileña y del Embajador de su país en Uruguay. El viernes colgamos la carta abierta de ACHET a la industria y a las autoridades, exigiendo regulación para la protección de consumidores y de las propias agencias, en su mayoría pymes. Desde siempre hemos sostenido la necesidad de implementar la exigencia de avales a las compañías aéreas y nunca pudimos comprender el porqué se le endosa a las agencias la responsabilidad ante el incumplimiento.
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Para certificar como siempre, que nuestra prédica viene de antes y para demostrar una vez más, la certeza de nuestra mirada (tenemos muy claro que decirlo choca pero, con la misma claridad sabemos que si no lo recordamos nosotros...), nos bastó simplemente ir al archivo del PDA (no fue preciso siquiera acudir al del PDU con más de 12 mil artículos guardados) para encontrar Avales para todos o para nadie (click aquí) del 5 de octubre de 2010, en el que dijimos por ejemplo: "Nunca he podido digerir que una agencia de viajes deba presentar y pagar avales importantes y lo que es peor, que con los mismos, deba responder ante sus clientes por la eventual quiebra de un transportador y que éstos, olímpicamente, no deban presentar nada, pagar nada y cuando quiebran, puedan dejar el tendal, como ha ocurrido reiteradamente en los últimos tiempos y como muestra autóctona, alcanza con pronunciar la palabra Varig".

Es todo muy complicado, el cruce de intereses con la información y con la opinión, silencia muchas cuestiones y se hace muy difícil en ese contexto, generar conciencia al respecto.

Los países (para muestra basta decir Uruguay) pierden el sueño por sostener su conectividad y a un Ministerio de Transporte o a uno de Turismo, jamás se le va a poder reclamar que no le exija un aval a una aerolínea pero eso, debería ser potestad y deber de Economía o de la propia Presidencia, de lo contrario, sin cuidar mucho el lenguaje y buscando ser prácticos, podríamos pensar que todo es un viva la pepa.

En la actualidad (¿o siempre?), la información general rara vez es ecuánime. No hablemos de objetividad ya que en el periodismo no existe y es casi improbable que los medios acepten desarrollar teorías que puedan de alguna manera terminar perjudicando a sus auspiciantes.

Lo peor de esta realidad es que está tácitamente aceptada por la generalidad, no solamente de los medios, sino de los propios usuarios, que terminan paradójicamente afirmando: "si lo dijo la prensa...".

Por todo lo anteriormente expuesto, resulta poco menos que ridículo, que una agencia de viajes (en la región más del 90% son pymes), deba presentar avales cada más onerosos y complicados para garantizar su operación. Pero esa exigencia linda en lo inexplicable cuando por ejemplo una empresa familiar que factura quizás, menos de medio millón de dólares al año por la venta de tickets aéreos, deba responder ante el cliente si intermedió en la emisión de un pasaje de una aerolínea que quiebra.

Suponemos que ésta es una temática que no ha sido abordada con la seriedad y la insistencia debida hasta el momento por los colectivos de los agentes de viajes y es por eso que quizás, no haya que cargar las tintas en lo previo, sobre las aerolíneas o sobre la propia IATA como hemos leído en varios artículos.

Por más serios empresarios que resulten ser los propietarios de las aerolíneas y los ejecutivos de IATA, no van a decidir unilateralmente poner su cabeza en la guillotina burocrática de los países para garantizar la operación. Llegados a este punto cabe preguntar ¿se les ha puesto alguna vez ante la realidad o la exigencia  de presentar avales?.


En el artículo que citamos al comienzo de éste, decíamos también: "...para comprar un ómnibus de línea o de turismo por aquí, hay que disponer de algo menos de cuarto millón de dólares; para comprar un jet regional como los Embraer o Bombardier hay que pensar en alrededor de 30 millones verdes y si la idea es seguir subiendo de tamaño y de categoría, se pasará por varias cifras hasta superar los 400 millones de los 380 o 787".

Es sideral la brecha entre lo que vale un ómnibus de turismo y el jet más económico y la inmensa mayoría de las agencias de viajes NO POSEEN buses propios, por lo tanto, ¿de qué estamos hablando?.

Sin embargo, creemos que todos, deberíamos, como se dice ahora "bajar un cambio" en la proclama y ahorrar descalificaciones gratuitas. Los hechos se han producido, vivimos una coyuntura complicada y ante ella, es que debemos organizarnos.

Cada sector deberá redoblar esfuerzos y trabajar seriamente en defensa, no solo de sus propios intereses (lo cual es lógico y loable), sino también contribuir con algo de altruismo a la defensa del bien común y de ese modo, quizás converjamos en el estadio ideal.


Portal de América

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