por Guillermo Villareal
De acuerdo a operadores del sector, en los últimos 5 años creció un 10% el mercado del turismo exclusivo. De 50 mil propiedades disponibles para alquiler por temporada, entre un 8 y un 10% ya son de categoría premium: tienen solarium, piscina, dos cocheras por unidad, gimnasio y demás.
El crecimiento de este segmento comenzó a darse desde que se inauguraron los primeros 5 estrellas, el Costa Galana y el Sheraton, a fines de los 90. “Es lo primero que se alquila, quien tiene más dinero es más ordenado y reserva lo que le gusta”, asegura el titular de los agentes inmobiliarios.
Convalida sus dichos Miguel Donsini con el ejemplo de los chalés de Rumencó, un coqueto barrio privado ubicado al sur de la ciudad: “Por un chalé de más de 200 metros cuadrados, con piscina, se pagó 8.200 dólares por enero. Otros, sin piscina, mil dólares menos”. Son turistas de alto poder adquisitivo que, incluso, alquilan a esos precios, pero usan las propiedades solo los fines de semana.
Los turistas de este segmento, entiende el arquitecto Jorge González, llega a la ciudad por períodos cortos de tiempo, preferentemente los fines de semana, “y lo viven con intensidad: no se privan gustos.
Distribuyen su descanso y llegan hasta aquí entre tres y cuatro veces durante toda la temporada”. González está a cargo de uno de los balnearios que siguen el faro de Mogotes, La Caseta. Aquí, una carpa cuesta 300 pesos el día. Están cerca otros exclusivos balnearios: La Reserva, con su campo de golf 9 hoyos; Abracadabra y su oferta día y noche y exquisiteces marinas: ostras, carpaccio de vieiras en espejo de leche de coco y tequila, pulpo… ¿Precios? Son pocos los que preguntan; el promedio ronda los 200 pesos per capita.
Portal de América - Fuente: www.clarin.com





