Recetas que conquistan al mundo: sabores gourmet del Norte argentino
Jueves, 27 Octubre 2011

Empanada tucumana Empanada tucumana

Un recorrido pensado para el paladar, que atraviesa lugares como la Quebrada de Humahuaca y los Valles Calchaquíes. El viajero encontrará en los platos regionales secretos que fueron transmitidos de una generación a otra. Empanadas, locros y tamales con la particularidad de cada provincia. Para acompañar, vino patero y dulce de cayote.  

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La cultura norteña ofrece entre sus principales atractivos para el turismo la degustación de típicos platos caseros. Estas propuestas gastronómicas enriquecen los paladares y enseñan al viajero algunas de la costumbres locales que persisten en la región hace miles de años. Son recetas familiares con raíces aborígenes y otras viejas preparaciones de tradición colonial, como los pastelitos rellenos con dulce.  

Las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero sorprenden al viajero con un variado menú de comidas que se ofrece en restaurantes, bares y peñas folclóricas. Con ajíes, maíz, papa y carne disecada entre sus principales ingredientes, cada zona es dueña de un sabor particular que el viajero disfrutará entre valles, desiertos, volcanes y montañas.

En este itinerario especialmente preparado para conquistar estómagos, aparecen como imperdibles el locro jujeño en plena Quebrada de Humahuaca y la humita salteña en algunas de las paradas que hace el Tren de las Nubes. También las empanadas tucumanas en un recorrido por los Valles Calchaquíes y el vino patero de Catamarca, sin aditivos y con uvas pisadas sobre cuero de buey.

Como en todo el territorio argentino el mate aparece a toda hora, y entre las bebidas especiales están la chicha y la aloja. 


La primera, se hace con harina de maíz y agua fermentada en ollas de barro, mientras que la segunda se obtiene de las vainas de la algarroba. Distintivos de esta ruta son también los tamales, el mote, los chivitos, el dulce de cayote con quesillo y la mazamorra.

Además, son originales de estas tierras norteñas la chanfaina, un tipo de guiso hecho con menudos y sangre de cordero; la carbonada, que lleva carne, zapallo, choclo, tomates, papas, arroz y durazno; y, el locro, a base de trigo o maíz con porotos, chorizo y orejas de cerdo.

El Jardín de la República
En la provincia de Tucumán, una de las más pequeñas de todo el país, es habitual que los menúes de los restaurantes y peñas ofrezcan como especialidad las típicas empanadas rellenas con carne cortada a cuchillo. La particularidad, la hacen las pasas de uva y las aceitunas que completan la preparación.

Los postres, en general, están elaborados a base de caña de azúcar. La provincia es una de las principales productoras de esta materia prima. Y como destacados de la zona tucumana aparecen tanto los quesos de Tafí, como los vinos de los Valles Calchaquíes.

Entre los sitios recomendados para sentarse a comer está la zona céntrica de la ciudad Capital, el Parque 9 de Julio y el área suburbana de Yerba Buena. Algunos de los espacios para comer son Muy Argentino (Avenida Aconquija 265); El Quirquincho (Av. Aconquija 2407); y, Peña La Taberna (Buenos Aires 31).

Especialidades santiagueñas
La gastronomía de Santiago del Estero se distingue del resto de las provincias que componen esta región del Norte argentino.

Aquí los platos se degustan siempre acompañados por el folclore local y muchas de las recetas son de preparación totalmente artesanal.

En estas tierras de aguas termales como las de Río Hondo, son un clásico para llevar de recuerdo los alfajores de dulce de leche. La particularidad está en la masa que se elabora con una pizca de anís y dos cucharadas de alcohol.

Las empanadas santiagueñas son famosas en suelo argentino por llevar como relleno carne picada y sancochada (cocida a medio punto y sin sazonar), huevo duro, comino, ají del monte, pimentón y cebolla, entre otros ingredientes. Además, para hornearlas los restaurantes suelen utilizar hornos de barro con leña.

Otros de los platos especiales son los chipacos y tortillas, que se hacen con harina, grasa, agua y sal; el rosquete, que lleva clavo de olor y canela, cubierto con merengue; el patay, con una pasta de algarroba; y, el bolanchao, con misto pisado en mortero.

También en Santiago del Estero se hacen locros y pastel de hoja. Como bebidas locales se ofrecen añapa y aloja, ambas elaboradas a base de algarroba. Estas especialidades se degustan en sitios de la ciudad Capital como La Casa del Folclorista (Avenida Roca Sur 475) y El Gordo (Alfonso Quinzio 205).

Delicias de montaña
La provincia de Salta recibe miles de visitas por albergar entre sus riquezas el famoso Tren de las Nubes que supera los 4 mil metros de altura, entre zigzagueos y precipicios. En tanto, la gastronomía regional se posiciona como otros de los atractivos que sorprende al viajero en alejados poblados como Cachi e Iruya.

Entre las exquisiteces regionales se destacan las empanadas, las milanesas de llama, el asado de cordero y el mote con queso.

En tanto, es otra de las provincias norteñas en la que se elaboran tamales, locros, quesillos y humitas.Una de las especialidades salteñas son los dulces regionales de cuaresmillo, cayote, higo y miel de caña.  También sobresale la producción vitivinícola de gran calidad en la zona de Cafayate, que dio origen a uno de los mejores torrontés de la Argentina.

Entre los lugares recomendados para la degustación de alguno de estos platos únicos están los restaurantes Las Leñas (La Rioja 894) y Llullaillaco (25 de Mayo esquina Los Cóndores), ambos en la ciudad Capital.

Cocina al límite
Los platos autóctonos de la provincia de Jujuy poseen entre sus principales ingredientes al choclo, los ajíes, las papas andinas y la carne de llama. El maíz es un insumo ancestral de los Incas, y las recetas que se elaboran con esta materia prima son verdaderas reliquias de familia.

Cada una de estas propuestas gastronómicas forman parte de la cultura y la tradición provincial. Si bien aparecen las empanadas como en el resto de las provincias del Norte argentino, en Jujuy hay especialidades como el picante de panza, el guajchalocro, el frangollo, el charquisillo y guatia.

Se suman postres como la mazamorra y el dulce de cayote con quesillo de cabra, y bebidas típicas norteñas como la chicha, a base de maní o maíz. También cobró vital importancia en los últimos años  la producción de vinos en la Quebrada de Humahuaca, en su mayoría de elaboración artesanal.

Estos productos gastronómicos se encuentran en restaurantes, puestos de ferias y fiestas populares de los pueblos andinos. En Maimará, se destaca la bodega Fernando Dupont, a 2500 metros de altura, con un sistema natural de cultivo. Y en Villa Jardín de Reyes el viajero encuentra la producción artesanal de vinos, licores y aguardientes, en la bodega Xuxuy.

Valles y volcanes

En la provincia de Catamarca existe en la cocina una fuerte raigambre indígena. En esta zona, las empanadas llevan carne cortada a cuchillo y como especialidad se les agrega papa. Los circuitos gastronómicos incluyen desde plantaciones de nogales, hasta de olivos y cítricos.

Como distintivo de la provincia, cada febrero el poblado de Andalgalá saca a relucir sus especialidades en dulce en la denominada Casa Cisneros, propiedad de la familia Shwuartz. Allí, el turismo y los lugareños degustan jaleas, panes de membrillo y nueces confitadas.

Algunas de las especialidades catamarqueñas son la torta borracha, el queso de pata, el estofado de novios con duraznos secos y el ancacho. Los sitios recomendados en la ciudad Capital son El Buen Gusto (Av. Virgen del Valle 222) y El Rincón de Lucho (Av. Presidente Castillo 65).


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