por Felipe Aldunate M.
Este sector de Bogotá, colindante con la vía al aeropuerto y la embajada estadounidense, refleja el boom del sector hotelero colombiano: 1.700 nuevas habitaciones inauguradas en 2010, inversiones por US$ 1.700 millones (casi el doble que el año anterior), la llegada de cadenas internacionales como Marriott, Ibis, NH y Soneta, y el regreso de Hilton, dan cuenta del fenómeno. "Ha sido la recuperación de lo que se dejó de construir en mucho tiempo", dice Óscar Rueda, viceministro de turismo de Colombia.
Lo de Colombia no es aislado. Los cerca de 60 millones de turistas internacionales que recibió América Latina en 2010 representan un alza estimada de 6,9% frente a 2009, según las cifras disponibles antes del cierre del año por la Organización Mundial de Turismo. El alza acumulada desde 2005 es de 12%, pese a la crisis y la pandemia porcina. Esto ha movilizado a los operadores turísticos de la región, especialmente a los de Panamá, Perú, Chile, Costa Rica, Brasil y Uruguay, para poner al día su retrasada infraestructura hotelera, que llega a los casi dos millones de camas. Y es que, en general, el turismo no ha sido una fuente de remesas muy importante para los países de la región ni una partida relevante de las cuentas nacionales. “Muchos países quieren cambiar esto y han emprendido campañas estratégicas como país para fortalecer el turismo”, dice Carlos Vogeler, director para las Américas de la Organización Mundial de Turismo.
Hay varios ejemplos de este esfuerzo. La campaña colombiana de imagen país, por ejemplo, el ya reconocido “El único riesgo es que te quieras quedar”, tiene a la atracción turística como eje central. En Chile, la reciente creación de una secretaría técnica a cargo del turismo, y en Argentina, que el turismo haya alcanzado un rango ministerial, son otras muestras de que los países buscan que sus órganos ejecutivos sean más eficaces al manejar el tema.
Uno de los esfuerzos más claros de los gobiernos en esta materia es en sus campañas por atraer eventos y cumbres internacionales, por la demanda hotelera que generan y la publicidad gratuita al país que viene aparejada. En Perú, por ejemplo, la capital se alista para la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno del Foro de los Países Árabes y de América del Sur (ASPA). "Van a venir jeques, reyes, grandes líderes árabes que están acostumbrados al lujo", dice Tibisay Monsalve, gerente general de la Sociedad Hoteles del Perú (SHP). “En Lima aún no tenemos muchos hoteles de categoría cinco estrellas superior, pero afortunadamente todas las delegaciones han sido informadas sobre esta situación y ya se están preparando”.
El caso de Brasil y su capacidad para atraer las olimpiadas y el mundial de fútbol es el caso más extremo del esfuerzo en este sentido.
El sector empresarial ha ido respondiendo, incrementando fuertemente sus apuestas en el sector. Por un lado, las cadenas hoteleras internacionales inauguran nuevas marcas e instalaciones en la región. Es el caso de Panamá. "El país cuenta con 10.000 habitaciones de hoteles y la expectativa es llegar a 20.000 habitaciones en los próximos tres años, en los que se van a invertir unos US$ 2.000 millones", dice Salomón Shamah, el Administrador General de la Autoridad de Turismo de Panamá. Hyatt, de hecho, escogió a esta ciudad como sede de su primer Hyatt Place, un concepto hotelero enfocado al viajero de negocios, una de las categorías que más crecen en toda la región.
Entre las cadenas más ambiciosas destaca Ibis, la marca internacional de hoteles económicos del grupo francés Accor, la cual prevé abrir para 2015 un total de 57 establecimientos en cuatro países de Latinoamérica, región en la que quiere convertirse en la mayor cadena hotelera, con Brasil como principal motor de su expansión. "La situación económica en la región es ideal para la expansión, en especial en Brasil, con una emergente clase media con alto poder adquisitivo", dice el francés Roland Bonadona, director de Accor para esa área geográfica. Brasil, con 51 nuevos hoteles, será el principal receptor de la inversión de Ibis en nuevos establecimientos, a los que se suman cuatro hoteles en Chile, uno en Colombia y otro en Perú.
Brasil es de hecho el centro de esta tendencia regional por lo lejos que está de su potencial en el sector turismo. El país recibe sólo 5 millones de turistas internacionales al año, sólo un poco más que Argentina y un cuarto de lo que representa México. No obstante, las mayores inversiones aún no se anuncian. Según el proveedor de datos sectorial STR, a septiembre pasado en Brasil sólo había 8.100 habitaciones en construcción, pero la mayoría de las grandes cadenas hoteleras internacionales están tratando de firmar acuerdos agresivos de gestión con nuevos hoteles de cara a las fiestas de 2014 y 2016.
Pero no todo es Brasil. En Chile, el efecto terremoto en el turismo ya fue superado y la industria hotelera se alista para invertir US$ 1.000 millones en 2011 tanto en hoteles, edificios residenciales turísticos, mega proyectos turísticos y casinos con instalaciones hoteleras. Hyatt también está entre las marcas que protagonizan las mayores inversiones, así como Atton y Radisson, sin contar con una decena de potentes proyectos hoteleros de empresarios locales.
Por su parte, en Perú, a los tradicionales atractivos turísticos como Cusco o Machu Picchu, hay que adicionar el crecimiento económico, que lo ha convertido en un destino emergente para viajeros de negocios, eventos y convenciones. De hecho, el turismo corporativo es el segmento más dinámico de la industria, con tasas de crecimiento de 10% anual. Según datos de la Sociedad de Hoteles del Perú, entre 2009 y 2013 habrá una inversión entre construcción y remodelación de hoteles que asciende a US$ 1.230 millones, de los cuales el 70% corresponde a hoteles dirigidos al sector corporativo. En 2011 las inversiones hoteleras alcanzarán un récord histórico de US$ 475,4 millones, 324,5% más que 2010.
Entre las inauguraciones más esperadas figuran el Westin Libertador y el Hilton Lima. Además, se han anunciado proyectos como el de la cadena francesa Accor, que actualmente opera dos hoteles bajo la marca Novotel y que tiene programado construir 10 hoteles hasta el año 2014.
A nivel regional, 70% de los proyectos de hoteles corporativos se concentran en Lima y el resto en ciudades como Trujillo, Arequipa y Chiclayo. En el Valle Sagrado, en la zona de Cusco, recientemente fueron inaugurados el resort de lujo Tambo del Inka, de la cadena de Hoteles Libertador, y el hotel boutique de la marca peruana Aranwa. Asimismo, en el balneario de Paracas se instalaron el Luxury Collection (también de Hoteles Libertador) y el Hotel Double Tree Hilton. Para huéspedes exigentes. Se trata de inversiones de lujo promovidas por los grupos económicos más ricos del país, como los Brescia y Rodríguez Pastor.
Portal de América - Fuente: especiales.americaeconomia.com





