por Simeon Kerr y Michael Peel
Yaser Alamoodi, un ejecutivo saudita en relaciones públicas, planeaba pasar sus vacaciones en Dubai, pero no pudo conseguir un pasaje aéreo al emirato.
Los turistas de Riyadh se están inclinando por descansar en Dubai, que es considerado un emirato inmune a las revueltas del mundo árabe. Y sus habituales destinos vacacionales en estos momentos son considerados lugares peligrosos.
La gente no fue a El Líbano y Siria debido a la situación, explicó Alamoodi. Egipto era imposible. Bahrein, también. Así que todos simplemente eligieron pasar las vacaciones a los emiratos, continuó.
Su frustrante experiencia es una señal de cómo Dubai, que hace sólo un año estaba en medio de una crisis de deuda, recibió un inesperado impulso a partir de las crisis políticas que se están afectando a la región.
Ahora es un refugio no sólo de los sauditas que buscan un entorno más liberal para hacer compras y concurrir al cine, sino también para compañías e inversores que buscan una base más segura desde la cual servir a una región que promete nadar en dinero mientras los precios del petróleo suben por encima de u$s 120 el barril.
Las revoluciones que este año se produjeron en el mundo árabe brindaron un inesperado respiro al emirato, que hace 18 meses recibió críticas a su modelo económico tras sacudir a los mercados globales por pedir una prórroga en el pago de las deudas del conglomerado Dubai World, que ascendían a u$s 25.000 millones.
Hace un mes se firmó un acuerdo de reestructuración, y los u$s 120.000 millones que debe en total la ciudad pasó a segundo plano, eclipsada por el tumultuoso año en el norte de Africa y Medio Oriente que puso nerviosos a los inversores de la región.
El tradicional trípode de la economía de Dubai turismo, comercio y transporte ya había mejorado en 2010. Citigroup pronosticó un crecimiento de hasta 4% este año, y 6% para 2012.
Y esta tendencia se vio reforzada por el fuerte impacto sobre el turismo que tuvieron las revueltas en otros países árabes.
Mohamed Alabbar, presidente de Emaar Properties, que es la mayor desarrolladora de Dubai, comentó que la concurrencia a sus grandes centros comerciales este año creció un 30%.
El único colegio pupilo de la región, el Repton School Dubai, recibió 35 alumnos provenientes de Bahrein, a raíz de que la presencia militar allí llevó a los padres a dejar el país.
Los analistas sostienen que los profesionales están considerando mudarse a Dubai, donde el centro financiero en dos años duplicaría su espacios para oficinas en alquiler.
Y, sin dudas, el emirato se verá beneficiado en el corto plazo con la llegada de empresas que buscan relocalizarse, el ingreso de capitales y el aumento del precio del petróleo, según Political Capital, un think-tank de Budapest. Eso conducirá a mayores depósitos en los bancos de Dubai, que probablemente se incrementen entre 8% y 12% durante 2011, calculó.
Y aunque la crisis de la deuda de Dubai quizás haya dejado de ser el centro de atención, no ha desaparecido: el emirato este año debe cumplir con pagos de hasta u$s 20.000 millones.
Además, el emirato enfrenta la competencia de otras ciudades ambiciosas del Golfo, como Abu Dhabi y Qatar, que tienen sus propios planes de desarrollo y son mucho más ricas.
Portal de América - fuente: www.cronista.com/financial_times





