por Kris Hudson
Expertos del sector hotelero que participaron en una conferencia turística reciente dijeron que probablemente los hoteles del Caribe seguirán registrando ganancias operativas y que la ocupación e ingresos por habitación volverían a los niveles vistos durante el boom en un plazo de tres años. Sin embargo, añadieron que pasarán varios años para que se resuelvan varios proyectos en la región que actualmente están estancados.
"No será una recuperación acelerada", dijo Simon Townsend, un socio de KPMG Corporate Finance, con sede en las Bahamas.
El Caribe solía destacarse como uno de los destinos más populares del mundo para las actividades hoteleras durante el auge: la actividad constructora era frenética y abundaban los prestamistas disponibles a conceder créditos que cubrían gran parte del valor de un proyecto. Promotores inmobiliarios ponían en marcha proyectos que dependían de las ventas de casas de vacaciones que valían varios millones de dólares.
A principios de 2008, promotores inmobiliarios estaban construyendo 56 hoteles en el Caribe, ascendiendo a casi 13.900 habitaciones, según Lodging Econometrics. Prestamistas, muchos de ellos nuevos en la región notoriamente riesgosa, estaban dispuestos a proporcionar préstamos de hasta el equivalente a 80% de valor del proyecto.
Actualmente sólo existen 20 hoteles bajo construcción allí, o unas 2.839 habitaciones, calcula Lodging Econometrics. Las condiciones para la concesión de préstamos se han vuelto conservadoras: los bancos suelen limitarse a prestar como máximo unos $40 millones de dólares, o 50% del valor de un proyecto, durante un período de cinco años.
Mientras tanto, al menos media decena de grandes proyectos de centros turísticos que se han quedado sin financiación durante la recesión siguen languideciendo a medio construir. Algunos han sido embargados y otros se han declarado en cesación de pagos, agobiados por deudas de cientos de millones de dólares. Entre estos se destacan el Ritz-Carlton Molasses Reef y el Mandarin Oriental Dellis Cay, ambos en las islas Turks y Caicos, así como el proyecto de Temenos, en Anguila.
Entre los proyectos más alicaídos están los que habían sido levantados durante el boom y cuya financiación constructora dependería de las ventas de residencias o condominios. Sin embargo, ese mercado se vio azotado por la recesión y lo más probable es que tarde en repuntar.
Esa no es una buena noticia para proyectos como el Paradise Beach Four Seasons, en Barbados, un plan formado por un hotel de Four Seasons de 110 habitaciones y 35 mansiones multimillonarias. Respaldado por inversionistas europeos, el proyecto se encuentra paralizado desde 2009. El promotor inmobiliario aspira a retomar la construcción en mayo o junio después de haber recibido un nuevo préstamo respaldado por el gobierno de Barbados.
La condición para el Four Seasons en Barbados es que, para financiar su construcción de manera completa, necesita recaudar otros US$200 millones con las ventas de sus mansiones. Se trata de una meta ambiciosa en las condiciones actuales del mercado, incluso contando con la ventaja de marketing que supone el contar con compradores famosos que se comprometieron desde hace tiempo, incluyendo al compositor Andrew Lloyd Webber.
"Creo que la venta de propiedades residenciales todavía tiene su nicho, pero no creo que sea un factor que logre impulsar el desarrollo inmobiliario", dijo Patrick McCudden, subdirector de desarrollo para Hyatt Hotels Corp. en Latinoamérica.
Por el lado mas positivo, los resultados de hoteles existentes en el Caribe están repuntando. En 2010, la ocupación creció a 60,7%, un alza frente al 60,4% del año pasado, según Smith Travel Research. Durante el mismo período, los ingresos por habitación disponible subieron 4% a US$98,86.
Portal de América - Fuente: Wall Street Journal





