L'Auberge: De torre de agua a hotel de lujo
Viernes, 08 Abril 2011

L'Auberge: De torre de agua a hotel de lujo

Lo que fue asentamiento indígena primero y pueblo de pescadores después, ha llegado hasta nuestros días como una lengua de tierra entre el Atlántico y el Río de la Plata que aguanta estoicamente los embites del oleaje oceánico.

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por Patricia Osuna

No se sabe si aguantará igual de estoicamente el ímpetu inmobiliario que ha hecho de Punta del Este la ciudad balnearia con el mayor número de viviendas de lujo, tiendas, casinos y restaurantes de todo el país.

Bastará con alejarse un poco de las arterias principales en las que fluye el dinero nuevo para llegar a los barrios residenciales, más discretos y con magníficas mansiones donde el lujo se vive de puertas adentro. Es en uno de estos barrios, el de Parque del Golf, donde se levanta una torre de agua sin mácula, pese a ser la primera construcción que se levantó por estos lares hace ya más de sesenta años.

Localizarla es fácil: su silueta sobresale en altura del resto y su fachada de ladrillo rojo refulge al sol —especialmente al atardecer—, hasta el punto que casi se diría que emite luz propia. Magníficamente restaurada, hoy es uno de los hoteles más románticos, con más empaque y personalidad, de Punta del Este: L’Auberge.

Sus propietarios, Cristina e Ignacio Carrera, se encargaron en los años 80 de remozarla, llenarla de antigüedades y de crear una treintena de estancias cálidas y con personalidad (ninguna habitación es igual). Las que se levantaron en la torre —una por planta— cuentan con unas vistas magníficas. Pero tampoco hay que desdeñar las que se encuentran en el edificio principal de dos alturas, muy acogedoras y arropadas por un magnífico jardín tropical. Entre huéspedes y no huéspedes de este albergue de lujo es muy popular su salón de té, un espacio acristalado con una sutil atmósfera british.

En sus mesas se sirven unos legendarios waffles belgas, acompañados por miel o el clásico dulce de leche casero, además de una gran variedad de salsas dulces y hasta una opción salada. Abre todos los sábados del año y a diario durante el verano.

Aunque en los días de calor a buen seguro que lo que más tienta a sus clientes es la piscina alejada de miradas indiscretas y la tradicional barbacoa uruguaya, levantada al justo al lado, donde se preparan exquisitas carnes rojas y blancas, pescado y marisco fresco del día, pastas, ensaladas... Para mantener a raya los excesos culinarios, el gimnasio se antoja más un capricho que un castigo, puesto que se levanta en la última planta de la torre, con una panorámica de 360º. Nunca hacer abdominales fue tan gratificante.

Y para no desmerecer el entorno, que por algo Punta del Este es uno de los lugares más frecuentados por argentinos, brasileños y europeos acaudalados, le sugerimos una visita a la Playa Brava, situada a tan sólo doscientos metros del hotel, y uno de los arenales más bonitos y extensos de la ciudad uruguaya.

Servicios

L'Auberge dispone de piscina al aire libre, barbacoa, salón de té, gimnasio, restaurante, lavandería, sala de reuniones para 30 personas... Además, se encuentra a 200 metros de Playa Brava y muy cerca de un campo de golf.

Nos gusta por:

La respetuosa rehabilitación de la torre de agua y su cuidada decoración, que hace que cada habitación sea única, acogedora y elegante.
La atmósfera plácida y el ambiente romántico lo convierten en destino idóneo para parejas.
El salón de té es una rareza por estas latitudes. No se lo puede perder.
La barbacoa uruguaya hará las delicias de quien lo visite durante el verano austral, mientras que su salón con chimenea es el refugio perfecto para las frescas noches de invierno.

Cómo llegar

La aerolínea brasileña TAM (www.tam.com.br) vuela a Punta del Este, con dos escalas (Sao Paulo y Montevideo). El hotel se encuentra en el Barrio Parque del Golf, rodeado de discretas mansiones ajardinadas.

Prohibido perderse

Punta del Este es una de las ciudades más turísticas de todo Uruguay, con lujosos hoteles, restaurantes y oferta de ocio. La Península sigue siendo el punto de referencia de la ciudad. No deje de pasear por la Avenida Gorlero -donde se concentran los mejores comercios, confiterías, cines...-, la Rambla, el Puerto, el Faro, la Plaza con su feria de artesanos...
La Barra es el lugar para los más jóvenes, con playas como Montoya y Bikini, y pubs -aquí conocidos como boliches- siempre a rebosar (Purple, Tequila, Sioux...).

Las playas, tanto del lado de La Mansa como de La Brava, son excelentes y permiten la práctica de la mayoría de los deportes acuáticos.

fuente: ocholeguas.com
imagen:www.nocturnar.com

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