Con perspectiva terrestre se habla, entre otras, de energía solar, eólica, eléctrica, nuclear. Pero la energía del «turismo energético» poco y nada tiene que ver con esas energías; hablan de energías que parten de conocimientos religiosos, esotéricos, herméticos y científicos mezclados con marcado sincretismo. Un punto de partida son los «chakras», los 7 centros de energía (invisible e inmensurable) que jalonan al ser humano según el hinduismo, el budismo, la cábala judía, el sufismo islámico y algunas prácticas orientales. Se dice que cuando el funcionamiento de los «chakras» es normal, cada uno está abierto girando para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de energía universal, llamadas chi, prana u orgón.
«Así como el ser humano tiene centros energéticos o 'chakras'», explica Ascensio Amanato, guía peruano de «turismo mistérico», cada país también los tiene, y esos lugares se caracterizan por una energía beneficiosa para los seres humanos, que vigoriza, entrega sensaciones renovadoras, produce sanación espiritual armonizando a quien los atraviesa».
Los destinos
Los «viajes energéticos» se superponen en casos a algunos proverbiales del turismo religioso, y suman los de lugares sagrados de culturas primigenias, centros de religiosidad popular, los de cultos populares paganos, los reductos considerados mágicos, o los que son señalados debido al avistaje de objetos voladores no identificados. Veamos algunos.
Los principales «centros energéticos» en la Argentina están en Capilla del Monte, cerro Uritorco, Córdoba; Isidris, Mendoza; Talampaya, La Rioja; Merlo, San Luis; Cariló, Buenos Aires; Bosque Energético, Miramar, Buenos Aires; El Calafate, Santa Cruz; Ushuaia, Tierra del Fuego.
En Uruguay: Termas de Dayman, gruta del Padre Pío, estancia La Aurora, Salto; Piriápolis, «planeada por Francisco Piria según geometrías sagradas», según la guía Valeria Santana.
En Perú: Machu Picchu, Valle Sagrado de los Incas, Urubamba, Cuzco; Cahuachi, Nazca; Hayu Marca «la puerta de los dioses», cerca de la ciudad de Puno; lago Titicaca.
En Bolivia: Puerta del Sol, Tiahuanaco; lago Titicaca.
En México: Teotihuacan, DF; y cien lugares más.
En el resto de América: Tikal, la más grande de las antiguas ciudades mayas, en Peten, Guatemala; Ometepe, Nicaragua; La Mosquita, Honduras; Cueva de Tayos, Ecuador; Triángulo de las Bermudas, Bermudas, Puerto Rico y Florida, EE.UU.; Monte Shasta, California, EE.UU.
En Europa: Altamur, Zaragoza, Caminos de Santiago (España); Stonehenge, Glastonbury (Gran Bretaña); Asís (Italia); Lourdes (Francia); Creta, templos oraculares (Grecia).
Resto del mundo: Jerusalén, Belén, Israel; Pirámides de Guiza, Luxor (Egipto); Monte Ararat (Turquía); el río Ganges, Agra, Jaipur (India); Lasha (Tíbet); Ciudad Prohibida, Pekín (China); Kuala Lumpur (Malasia); Kintamani (Bali).
Actividades
Junto a los paseos turísticos tradicionales, a los que se suma el interés cultural por el conocimiento de zonas con valores arqueológicos, históricos o religiosos, en «viajes energéticos-espirituales» se desarrollan acciones en la naturaleza o junto a «centros de energía» para la «sanación, armonía y equilibrio interior». Van de los tradicionales «retiros espirituales» o los clásicos «ejercicios respiratorios para transformar el estrés en vitalidad» a «trabajos de alineación y armonización de cuerpo y espíritu», «de conexión estelar». Hay aquellas en las que los viajeros se unen en meditación, y otras donde se realizan talleres relacionados con los lugares y la cosmovisión de quienes allí habitaron. En otros se practica reiki, pases de energía, Tai Chi, danzas sagradas, ceremonias del fuego, o armonización con cuencos tibetanos.
Hay casos en que se producen experiencias sorprendentes, por caso se cuenta, con tono de fábula promocional, de las diversas sensaciones de quienes tocaron «La puerta de los dioses», en Hayu Marca, a 35 kilómetros de la ciudad de Puno, cerca del lago Titicaca, en Perú. Dicen que quienes se acercaron oyeron extraños redobles, luces que parecían acercarse y desaparecer, momentáneas columnas de fuego, sombras humanas que huían. Otros, que en sueños se les apareció una persona que surgió de ese portal que les dijo que era un sendero interdimensional y que por allí volverían los dioses solares de antiguos cultos.
fuente: ambito.com





