Líderes adaptan sus vacaciones a la crisis
Lunes, 09 Agosto 2010

En plena época de crisis, déficits y políticas de ajuste, los líderes europeos adoptaron un perfil austero y decidieron pasar sus vacaciones dentro de sus propios países o a escasa distancia de sus fronteras, sin dejarse tentar por destinos extravagantes.
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"La política es una cuestión de símbolos y las vacaciones no son una excepción", afirma Frédéric Dabi, director del instituto francés de sondeos IFOP. Hasta la propia familia real británica se muestra austera: partió en un crucero comercial por las islas escocesas a bordo del Hebridean Princess en lugar de movilizar los principescos yates de su propiedad. El presidente Nicolás Sarkozy descansará en la mansión que su esposa tiene en Costa Azul, sin dejarse ver por ninguno de los lugares exóticos que apasionan a la bella Carla Bruni.

Por primera vez desde que llegó al poder, en 2004, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que este año no partirá de vacaciones con su mujer y sus dos hijas. Debido a la crisis que azota a su país, cuyo índice de desempleo alcanza la cifra récord europea de 20,5%, permanecerá en Madrid. En vez de disfrutar de unos días de descanso en la mansión oficial de la isla canaria de Lanzarote, como el año pasado, Rodríguez Zapatero sólo ha previsto un corto fin de semana de pesca en la propiedad gubernamental de Quintos de Mora, en Toledo.

En Gran Bretaña, donde el déficit presupuestario llegó este año a 12%, el primer ministro conservador, David Cameron, pidió a sus ministros que eviten los destinos exóticos y privilegien su país. Mientras sus conciudadanos deben ajustarse el cinturón, Cameron decidió dar el ejemplo y renunció a su tradicional descanso en España, en compañía de su esposa, Sam, y sus tres hijos. El premier se quedará en Cornualles, al sudoeste de Inglaterra.

Los miembros de la corona británica también dieron muestras de la misma sobriedad, con un crucero comercial por las islas escocesas a bordo del Hebridean Princess. Pero en un país donde el déficit presupuestario subió a niveles sin precedentes, es probable que los británicos no sepan apreciar en su justa medida los esfuerzos de austeridad de la familia real: los precios de base de esos cruceros de superlujo giran alrededor de los 15.900 dólares por persona.

El presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, fue uno de los líderes políticos que llamaron a sus compatriotas a permanecer en el país durante el receso, a fin de sostener la economía nacional. Cavaco Silva debería instalarse en agosto en la región sureña de Algarves, donde él mismo nació.

En Roma, los asesores del primer ministro no estaban en condiciones de confirmar si Silvio Berlusconi se tomará vacaciones, aunque él se ha instalado en el castillo de Tor Crescenza, en las afueras de la capital. En todo caso, aunque decida partir a último momento, el líder de la derecha italiana no tendrá problemas: sólo tendrá que tomar el avión y viajar a Cerdeña, donde posee la suntuosa Villa Certosa, una propiedad de 120 hectáreas, equipada entre otras comodidades con un búnker antinuclear, un teatro romano al aire libre y todo tipo de atracciones, incluido un volcán artificial.

Berlusconi apareció hace pocos días en televisión, para anunciar su intención de renunciar a las vacaciones y pedir a los italianos que permanezcan dentro del país. El mensaje estuvo acompañado con imágenes de parques nacionales y monumentos. "Lo irónico de todo esto es que el gobierno acaba de anunciar un furioso recorte presupuestario de sitios históricos", reflexiona Marco Magnifico, vicepresidente de la organización para la herencia cultural italiana.

La canciller alemana, Angela Merkel, principal artífice de las políticas de austeridad que adoptaron progresivamente los países de la Unión Europea (UE) en los últimos meses, será la única que no dará el ejemplo.

Merkel tuvo que interrumpir sus vacaciones en la ciudad bávara de Bayreuth, adonde asiste cada año al festival wagneriano. Después de un viaje relámpago a Duisburgo para acudir al sepelio de las víctimas de la Love Parade, proseguirá su descanso en Solda, en el Alto Adigio italiano. La jefa del gobierno alemán llegó el domingo con su marido, Joachim Sauer, a ese centro turístico al pie del Ortles.

La tregua estival será particularmente bienvenida para el equipo gubernamental francés, después de un año pródigo en escándalos de corrupción e índices de popularidad que se derrumban estrepitosamente.

El mejor ejemplo es Nicolas Sarkozy, cuya tasa de popularidad (30%) es la más baja de todos los presidentes franceses de los últimos 30 años. Naturalmente, el jefe de Estado no pondrá un pie fuera del país y tampoco aceptará subir al yate de ninguno de sus amigos millonarios.

Sarkozy planea viajar hoy mismo a la mansión de Cap Nègre que posee su mujer, Carla Bruni-Sarkozy, en la Costa Azul. Sol, descanso y paseos en bicicleta hasta el día 25 le permitirán reflexionar sobre la prometida reorganización gubernamental y la puesta en marcha de la reforma de la jubilación, últimas etapas previas a la campaña para su hipotética reelección, en 2012.

Sin descanso. Entre aquellos que simplemente no podrán pensar en las vacaciones este año por culpa del calendario político, se encuentra el flamante presidente polaco, Bronislaw Komorowski, cuya ceremonia de investidura tuvo lugar el miércoles. Tampoco saldrá de vacaciones el nuevo primer ministro checo, Petr Necas, que mañana enfrenta el voto de confianza del Parlamento.

Pero, la palma a las vacaciones más originales la obtendrá el primer ministro lituano, Andrius Kubilius. Apasionado del ciclismo, terminó el domingo un trayecto de 700 kilómetros a través de Belarús que lo obligó a pedalear durante siete días.


fuente: El País Digital

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