Mauricio, cruce de culturas
Miércoles, 08 Enero 2014
Juan Echeverría
La naturaleza agreste envuelve este país-isla bañado por el Índico donde encontramos un mosaico perfecto: playas de cocoteros y templos hindúes; bocados exquisitos y mercados multiétnicos; hoteles de ensueño y apasionantes paisajes marinos.
Isla Mauricio está sembrada de tesoros naturales, de deliciosas playas y encantadoras lagunas. Bañada por el océano Índico, esta isla tiene otro gran patrimonio: la gran diversidad étnica y cultural de su población, procedente de Europa, África, Asia y Madagascar. Cada uno dejó su impronta y su peculiar forma de entender la vida. Un mosaico de costumbres, culturas y razas que no deja a nadie indiferente.
Lo comprobará en Port Louis, la capital con regusto criollo donde todos los días hay una oportunidad de mezclarse con la población local en el mercado. Aquí, además de ver puestos de frutas y especias coloristas y exóticas y apreciar los peculiares olores de África, se pueden adquirir curiosas piezas de artesanía a precios mucho más baratos que en las tiendas de los hoteles, eso sí, regateando.
Playas de postal
Las playas mauricianas, la principal carta de presentación de la isla, merecen un capítulo parte. En el sur, cerca de Souillac, ceden su lugar a vertiginosos acantilados volcánicos. El Norte es más turístico y donde se organizan todas las actividades náuticas. Los que busquen rincones más vírgenes preferirán las extensiones de arena del Este, con playas más apartadas y por ende menos concurridas.
En toda la isla encontrará embarcaciones que proponen cruceros y excursiones de un día a bordo de un catamarán (allí llamado prao) o un velero. Podrá contratar excursiones a Île Redonde, Île Aux Bénitiers, Île Aux Cerfs... Algunas de estas islas se han convertido en reservas naturales donde se pueden observar varias especies de aves amenazadas: el rabijunco, la fardela de Barau y el cernícalo.
No hay que olvidar que Mauricio es un paraíso para los deportes náuticos: esquí acuático, windsurf, snorkel, surf, vela, buceo... La isla ofrece unos paisajes submarinos fascinantes y es uno de los pocos lugares del mundo en el que se puede pasear bajo el mar para dar de comer a los peces y explorar los corales con un sistema que recuerda a los antiguos buzos.
Portal de América - Fuente: www.ocholeguas.com





