Intercambio de casa, la nueva forma de conocer mundo
Lunes, 02 Abril 2012

Intercambio de casa, la nueva forma de conocer mundo
César y Begoña tienen casas en todo el mundo. Más de 41.000 viviendas en 147 países. Casi nada. Amancio Ortega puede ganar 500 euros por segundo pero seguro que con toda su fortuna no puede permitirse ese lujo. Un lujo gratuito o, más que gratuito, con un precio bastante sorprendente para tamaña capacidad. Gracias a una cuota de 80 euros anuales, esta familia ha podido pasar un mes en 'sus' viviendas de Australia y Brasil. En contraprestación, ellos deben brindar su casa de Madrid a la persona que, como ellos, participe en la bolsa de viviendas de la que dispone Intercambiocasas.com. Esta web, filial española de Home Exchange brinda una 'nueva forma de viajar', según Victoria Díaz, representante para todos los países de habla hispana.
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Victoria probó esta manera de viajar en 2004. Fue en una estancia de un mes en Estados Unidos. Esa experiencia la enamoró. "Profundizas un poquito más, no es ese turismo en el que pasa de puntillas y visitas sitios a la carrera", explicaba. Disfrutó de un cuartel general desde el que organizó mejor su viaje, conoció y compartió fiestas con sus vecinos y se empapó mejor de la cultura estadounidense. Se podría decir que la vivió "desde dentro". Desde ese momento se convirtió en embajadora de esta manera de viajar, no sólo cómoda y práctica, sino que también muy barata. "Te permite estar más tiempo porque no tienes que pagar hotel", explica Díaz.

Este último argumento la convierte en una manera de viajar muy atractiva en tiempos de crisis porque "sólo tienes que preocuparte de comprar el vuelo", argumentaba Victoria. Además, puede ser una buena aunque precipitada idea para Semana Santa. Las cifras en nuestro país de usuarios de esta macrored crecen un 30% cada año. Además, no sólo permite disponer de la vivienda. Los acuerdos con la otra parte son directos por lo que cada uno puede decidir tanto intercambiar también el coche como cualquier otra propiedad que cada uno decida y que pueda hacer la estancia de "el otro propietario", más cómoda. Las posibilidades son infinitas tanto de lugares como de objetos.

Uno sólo tienen que decidir el destino, buscar las casas disponibles e intentar acordar unas fechas con el otro propietario, a partir de ahí ya lo que cada cual quiera. Las casas que se pueden encontrar son tan variadas como los perfiles de sus usuarios. Desde mansiones en una playa brasileña a pisos en los Campos Elíseos de París. Desde familias con cuatro hijos pequeños, a jóvenes con muchas ganas de viajar y poco dinero. Normalmente, el intercambio es simultáneo pero otras veces puede no serlo y cada uno decide qué relación tiene con su intercambiador. Se le puede hacer de guía turístico, como hicieron César y Begoña, o ignorarlos completamente.

Sólo hay un elemento indispensable para viajar de esta manera: la confianza. "No sólo intercambias la casa también hay un intercambio de confianza", contaba Begoña. No hay que olvidar que uno mete en su casa a un completo desconocido. "Es cierto que guardas las cosas importantes pero la confianza es importante", completa esta madre que está esperando a su segundo hijo. Ya son tres los intercambios que llevan César y Begoña pero serán muchos más. "Te pones por la noche a ver casas y no paras", explicaba César quien ya busca en la red una vivienda en Canadá, su próximo destino. Así que si viven en Canadá, tienen casa y les apetece ya saben...

Portal de América - Fuente: www.elmundo.es

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