PUNTA DEL ESTE | XIMENA ALEMAN / ANDRÉS ROIZEN

¿Qué pasó? ¿Volvió David Guetta?, preguntaron en La Barra.

Los cuidacoches avisaban que no había más lugar en los estacionamientos. La gente bajaba corriendo por las dunas. Desde todo el ancho de la playa Montoya se apuraba el paso en chancletas porque eran casi las 17: había llegado la hora.

Música fuerte y cientos de fanáticos hacían sospechar que había vuelto el Dj del momento; aunque esta vez era la elección de la Chica Reef 2012 lo que estaba alterando el Este.

El escenario se ubicaba a unos cuatro metros por encima del piso. Había una zona preferencial pegada al estrado y después unas vallas metálicas que contenían al público.

A la cabeza, agarrados con fuerza de las rejas, estaban un montón de adolescentes y jóvenes que se mostraban dispuestos a no ceder ni un centímetro en su selecta ubicación.

Cada uno defendía su lugar, convencidos de que no los movería nadie. Peleaban por tener la mejor vista para cuando las diez chicas comenzaran a desfilar en traje de baño.

Otros, menos improvisados, se llevaron los binoculares. Luego, por los parlantes pidieron el "fuerte aplauso" y las preseleccionadas salieron a recorrer el escenario.

El clima entre la gente era similar al del estadio. Había un murmullo constante y una fuerte intención de expresarse, si no era un grito, aunque sea se decía algo al que estaba al lado.

Después comenzó la votación. Como en un remate, los presentes, entre los que había gran cantidad de mujeres, coreaban los números que cada modelo llevaba. "La cuatro, la cuatro, la cuatro", gritaba un joven de unos 19 años sin remera y levantando la mano derecha.

La "tres" y la "nueve" también fueron predilectas en el tumulto. Las participantes eran uruguayas y argentinas, y por momentos se llegó a generar un cruce de hinchadas en el público. Según el país, se alternaban los aplausos con los chiflidos.

También hubo una sueca, rubia platinada de ojos claros, que sobresalía en la fila y que se robó un montón de miradas. "Yo te dije, era obvio que iba a quedar esa", le comentó una quinceañera a otra cuando eligieron a las primeras tres.

La definición fue entre dos argentinas y la sueca. Y al final Ivana Brodowski, de Buenos Aires, se quedó con la corona por ser la nueva "chica Reef" 2012.

La ganadora tiene 27 años y hace siete que se dedica al modelaje. Dice que para mantener la figura le alcanza con una hora de entrenamiento fuerte por día y una alimentación saludable.

"Es muy importante comer", enfatiza. Al describir su cola, premiada en el certamen, la argentina se animó a decir que es "una manzanita".

DESFILES. Ya no será. Ya no. Ya no dirá "Qué noche, Tete" o "Glamour". Ya no traerá las "últimas tendencias de Europa" ni marcará "los rubios naturales, luminosos, con reflejos caobas o mechas caramelos". Este año la canción Gloria no cerrará ningún evento. Roberto Giordano canceló su desfile de enero y la edición número 28 no tendrá lugar. "Roberto está con algunos problemas de salud y el médico le dijo que tenía que evitar estresarse", dijo un miembro de su familia consultado por El País. Sin embargo, medios argentinos señalan que motivos judiciales impidieron que saliera del país. Giordano enfrenta un juicio por deudas y esa sería la razón de su ausencia este año en Punta del Este.

El desfile de Carlos Di Domenico siempre fue más selecto. Se realizaba en el barrio puntaesteño Beverly Hills, y nada menos que en la residencia personal de Jorge Serna, vicepresidente del hotel Conrad de Punta del Este. En otros años compartía con el de Giordano las modelos y la presencia de Susana Giménez; en este compartió la suspensión.

La cuota de moda recayó en Pancho Dotto. Entre las dunas de José Ignacio, como es habitual, el representante montó la pasarela y las dos gradas entre las que caminan sus chicas.

Esta edición sumó los fuegos artificiales, que previsiblemente fueron opacados por la belleza femenina, y una banda de covers que bajó del escenario sin recibir muchos aplausos.

Por la pasarela desfilaron varias marcas, el presentador de noticias Guillermo Andino, el pintor Milo López y hasta Estanislao, un hombre que trabaja con Dotto desde hace 11 años y que tanto arma la pasarela como hace los asados. Y por supuesto: 50 muchachas bellas con poca ropa y mucha simpatía y 12 chicos con look playero.

A todos ellos Dotto les paga la casa y la comida. "Pongo lo que hay que poner", dice Dotto y comenta: "todos comen bien". Además se encarga de consentirlos por igual "para que no haya problemas".

"No sé por qué lo sigue haciendo. En términos de costo beneficio no se entiende", dice su hermana, Mónica Dotto, encargada de realizar los trámites y gestiones vinculados al evento. Pero para Dotto eso está claro: "No importa si el resto lo hace o no, yo lo sigo haciendo".

Chica Reef: "Mi cola es una manzanita", dijo la argentina que resultó ganadora del concurso.

El País Digital