El Museo Casa Ernesto Che Guevara
Jueves, 01 Diciembre 2011

El Museo Casa Ernesto Che Guevara

En Alta Gracia, Córdoba, en un barrio de casa inglesas, construidas a principios del siglo pasado por la empresa ferroviaria, entonces británica, hay una que hoy se distingue, se visita y en muchos casos es lugar casi de peregrinaje: ahí estuvo el hogar de la familia Guevara durante once años.

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por Ricardo Montenegro, de su viaje a Córdoba, especial para PDA

Uno de los Guevara, Ernesto, sería conocido luego como “Che”, sin el artículo con que se le nombra.

Pero este es un portal de turismo y el tema viene a colación no por la política vista desde el punto de vista filosófico, sino de la que aplica el gobierno municipal de esa localidad para ofrecer otro atractivo para los visitantes, sabiendo que el hombre y la leyenda que allí habitó, es y será motivo de visita, ya sea por curiosidad, conocer la historia o por un destino prefijado en la agenda de muchos.

Recorriendo las habitaciones del Museo Casa Ernesto Che Guevara –que este 2011 cumplió 10 años- entre las que no faltan las de venta de libros, vestimenta o souvenirs, tenemos la oportunidad de ver cómo vivía esa familia y en qué barrio pasó de la infancia a la adolescencia el ahora icónico personaje.

                                                                          

Su cama, su moto, bicicleta a motor, libros, palos de golf, fotografías con amigos, corriendo en auto, con políticos y de su etapa cubana también se exponen allí, como así los muebles que alhajaban la casa, la cocina y hasta el baño.

                                                                        

Hay un salón ubicado fuera de la casa, en el patio, en el que se exhibe una y otra vez un breve audiovisual sobre su vida allí, con testimonios de quienes fueron sus profesores y compañeros de estudio y de juegos.

Consulté a la funcionaria encargada del museo, a quien acompañan dos guías especializadas, cuántas visitas tenían mensualmente y cuál era el porcentaje de extranjeros. También cómo se financiaba su mantenimiento y costo operativo.

No tenían los datos precisos, ya procesados, lo que comenzarán a hacer, pero viendo el libro de visitas era claro que el número de unas 900 por semana es bastante correcto, y que alrededor de un 40 por ciento corresponden a extranjeros.

El costo de la entrada es bajo, de sólo 5 pesos argentinos y no se les cobra a los centros de enseñanza, lo que tampoco se contabilizan entre los ingresos, ya que se les recibe de acuerdo a una agenda preparada y en horario diferente al que se abre al público.

Lo recaudado es administrado por una comisión en la que participa la municipalidad, un grupo Amigos del Museo e historiadores locales.

No es un lugar para dejar de visitar, no importa que se piense sobre el devenir histórico de su actividad, pero es el modo de conocer al ser humano, que joven aún conocía la opulencia y la pobreza en una pequeña localidad, lo que seguramente forjó su pensamiento.

Luego de la visita, nos invitaron a almorzar en el restaurante del Alta Gracia Golf Club, que queda al lado.

Portal de América

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