Un mundo feliz
Jueves, 30 Mayo 2013
El anuncio de Boeing en la revista Aviación y Astronáutica es claro, a poco que se venda ya hay ganancias
Treinta por ciento. En realidad, un poco menos. Hoy, cualquier empresa que volara con esos coeficientes de ocupación estaría en la bancarrota sin remedio. En cualquier lugar del mundo y con cualquier hipótesis de operación comercial.
por Pablo Luciano Potenze, en Transporte aerocomercial
Este aviso, publicado en la revista argentina Aviación y Astronáutica, en agosto de 1965, es una de las primeras publicidades del Boeing 737, cuando todavía no había volado (lo hizo por primera vez en 1967) y pretende colocar al avión como lo que realmente era, una máquina de producir dinero, con costos tan bajos que los beneficios empezaban con ese nivel mínimo de ocupación. El resto sería todo ganancias.
Es cierto que en letra chiquita dice que se trata de los valores promedio de las empresas norteamericanas, y que se trata de costos operativos, pero aún así estamos hablando de valores que hoy serían increíbles y pondrían a quien los defendiera en el lugar de un charlatán de feria.
¿Tanto cambiaron las cosas en 48 años? La respuesta es sí, y no fueron 48 años, fueron sólo ocho.
En esa época el mundo pensaba que tener petróleo barato era algo normal y natural. Nadie pensaba que pudiera faltar, y menos en que su precio variara mucho de los valores impuestos por las grandes compañías internacionales, a pesar de que la producción estaba, en realidad, concentrada en un pequeño grupo de países, bastante inestables.
En 1960, por iniciativa de Venezuela, estos países crearon la Organization of the Petroleum Exporting Countries (OPEC u OPEP) con el objetivo de defender sus intereses comerciales y políticos. Sus principales socios fueron las naciones árabes del cercano oriente que, por otra parte, tenían un conflicto político y militar con Israel.
En este estado de cosas, en 1973, se produjo la Guerra del Yom Kippur, en la que los árabes sufrieron una importante derrota militar. Seguidamente, como represalia, los países productores decidieron, primero, cortar sus exportaciones de crudo y luego aumentar su precio en aproximadamente un trescientos por ciento. El mundo occidental no pudo absorber inmediatamente este golpe, y se desató una crisis sin precedentes.
Repentinamente se tomó conciencia de que no hay actividad sin energía, y que la mayor parte de la energía usada en ese momento tenía su base en el petróleo, que estaba siendo procesado en máquinas que, en general, eran ineficientes. En Estados Unidos, uno de los lugares donde más se sintió el embargo, muchas actividades entraron en estado de colapso, y cuando finalmente se volvió al abastecimiento normal, el nuevo precio de los combustibles produjo una gran inflación a escala mundial, que trajo como consecuencia una brutal recesión.
Las aerolíneas recibieron un golpe terrible, porque todos sus costos ahora tenían otra base, y el optimismo que había rodeado el lanzamiento del Boeing 737 se convirtió en zozobra. Por suerte para sus operadores, el avión siguió siendo económicamente viable, y con el tiempo y todo tipo de mejoras incorporadas a posteriori se convirtió en el jet más exitoso de la historia, pero bien lejos de las previsiones originales.
Portal de América - Fuente: www.gacetaeronautica.com





