Tal vez el destino corrige lo que se hace mal: no se vende la residencia presidencial de Punta del Este
Sábado, 04 Mayo 2013

Tal vez el destino corrige lo que se hace mal: no se vende la residencia presidencial de Punta del Este
En su momento, señalamos nuestra discordancia con la decisión del gobierno actual de poner a la venta la residencia presidencial de Punta del Este. Si no saben lo que hacer con esta propiedad, consulten, hay unos cuantos hombres del turismo que tienen (tenemos) muchas ideas como para darle una utilidad positiva. Veamos la nota de los colegas de Qué Pasa.
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RESIDENCIA OFICIAL

Un negocio demorado

La vieja casa presidencial de Punta del Este está a la venta desde ya hace medio año. Varias inmobiliarias del balneario la ofrecen a tres millones de dólares. Pero el fin del boom inmobiliario en el Este complica bastante el negocio.

Un poco antes de asumir, el ex presidente Tabaré Vázquez dijo que quería destinar la residencia presidencial de descanso de Punta del Este a lugar de vacaciones para niños carenciados. Aquella idea, algo utópica, nunca se concretó, pero igual Vázquez casi no usó la casa de la avenida Roosevelt, más allá de alguna parada en medio de sus jornadas de pesca en el balneario esteño. Ocho años después, el actual gobierno sigue sin saber qué hacer con esa residencia, que -por lo que se ve en las fotos que promocionan su venta- entró en franca decadencia.

Hoy la casa es propiedad del Banco República, que la tiene a la venta desde octubre. Pero no hay comprador a la vista y el aparente fin del boom inmobiliario en el este hace pensar que es difícil que el terreno, donado en 1948 por el empresario Mauricio Litman al ex presidente Luis Batlle Berres, tenga un nuevo dueño.

Mujica no fue ni una vez a la casa de Punta del Este y desde el principio la quería vender. En julio de 2011 lo logró: la compró el Banco República por 2,7 millones de dólares. Se supone que Presidencia invirtió ese dinero en el Plan Juntos y en una escuela agraria en la estancia de Anchorena. Al principio el banco pensaba quedarse con la casa pero luego desistió porque en diciembre de 2011 compró la Azotea de Haedo (la casa de verano del ex presidente del Consejo de Gobierno, Eduardo Víctor Haedo), también en Punta del Este. Gastó 1,5 millones de dólares, con la idea de abrir allí un centro cultural. ¿Y la casa presidencial? Las autoridades del banco se tomaron casi un año para pensar qué hacer con ella. El 2 de octubre el presidente del banco, Fernando Calloia, anunció una licitación pública para venderla. La apertura de ofertas se haría unas semanas después. El que se quedara con la casa construiría un edificio y, como parte del negocio, le dejaría a la institución un local de 600 metros cuadrados en la planta baja de la torre.

Pero el llamado fue declarado desierto. El cartel que anunciaba aquella licitación sigue en la puerta de la casa, a unos metros de la garita de seguridad, y hace poco se cayó tras una tormenta de esas que hubo en Uruguay en los últimos meses.

Desde la secretaría del director blanco, Alejandro Irastorza, se informó a Qué Pasa que no hubo interesados. Calloia da una versión algo distinta: "No hubo propuestas de interés para el banco", explica. "Y ahora buscamos una que sí nos satisfaga".

Al directorio del Banco República no le quedó otra opción que poner la excasa presidencial a la venta en diferentes inmobiliarias. De hecho, a fines de diciembre la Asociación de Inmobiliarias de Punta del Este (Adipe) organizó una reunión con sus más de 60 empresas afiliadas, para difundir la venta. Pero no todas entraron en el negocio. En un documento de Power Point que Adipe envió a todas las inmobiliarias, y al que accedió Qué Pasa, hay detalles de los tres padrones a la venta (en uno está la vivienda principal, en otro la vivienda de huéspedes y en otro la casa del personal de servicio y guardias). Allí se ven fotos de adentro de las casas (algunas de ellas ilustran este artículo), bastante venidas a menos, con humedades en varias paredes y techos y sin muebles. Eso, de todos modos, no importa demasiado porque el comprador la demolería y construiría allí una o dos torres. El predio, de una manzana entera, tiene 4.356 metros cuadrados, pero solo en la mitad que da hacia Roosevelt se puede construir en altura, hasta 20 pisos.

 

El precio es de tres millones de dólares, libre de deudas. Y se mantiene la misma condición del llamado público que fracasó: el proyecto arquitectónico debe incluir la reserva de un espacio en exclusividad para el banco, que lo podrá usar para actividades bancarias, culturales "u otras". Pero Calloia dice que está dispuesto a aceptar opiniones del que haga la obra, respecto a ese espacio. O sea, "no es un tema cerrado, hay que conversarlo".

Mal momento. Un empleado de una de las inmobiliarias que vende la casa dice que no ha tenido ni una sola consulta hasta ahora. "Hace unos años era más fácil que aparecieran interesados por terrenos así", lamenta, "ahora está complicado". En otra inmobiliaria dicen que el precio es bueno porque da 688 dólares el metro cuadrado y en el mercado hay emprendimientos por los que se pide hasta 1.000 dólares el metro cuadrado. Pero lo que no es bueno, admite ese otro agente inmobiliario que también vende la casa, es el momento y el hecho de que el terreno está muy cerca de la ciudad de Maldonado, lo que le quita valor.

Muy cerca de allí, del otro lado de la avenida Roosevelt, se vendió un terreno de algo menos de 3.000 metros cuadros a 2.200.000 dólares. Allí había una casa y se anuncia una torre que se llamará Stradivarius. Y hay otro terreno en la misma avenida y de un tamaño similar (aunque sin construcciones, lo cual es bueno porque no hay que demoler nada), por el que se piden tres millones y medio de dólares, dijeron fuentes del sector inmobiliario. De hecho, hay unos 12 terrenos con características similares al de la casa presidencial y donde también se pueden construir edificios de 20 pisos, en la misma avenida Roosevelt.

Los que no la venden. Hay agentes inmobiliarios que están algo molestos por haber quedado afuera del negocio. El presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, Luis Borsari, por ejemplo, dice que no sabe nada del tema porque no eligieron a su inmobiliaria. "No me ha tocado. Se ve que no le caigo bien a Calloia", ironiza.

Mientras, Nicolás de Modena, gerente de ventas de la inmobiliaria Nana Lavagna, dice que ese precio de tres millones de dólares "es lo que se pide" en el mercado para un predio así, lo cual no quiere decir que se llegue a vender, al menos a ese valor. Su inmobiliaria tampoco ofrece la residencia presidencial. "Hoy es imposible que se venda por cómo está la situación: estamos ingresando en una crisis porque el mercado argentino se ha retirado", dice De Modena, en su oficina de la calle 24 esquina calle 21.

Y cuenta que desde hace un par de meses recibe muy pocas consultas de argentinos. Además, dice, hay varias torres anunciadas que no se construirán. "Puedo contar ocho o nueve proyectos que no se harán", dice, resignado. De Modena sabe que se vienen épocas malas.

Calloia tiene expectativas de que el negocio se concrete, aunque admite que es difícil: "Hubo una situación económica en Punta del Este que paralizó obras y eso afectó la concreción de un negocio de estas características". Si todo sigue así y Vázquez vuelve a ganar en las próximas elecciones, tal vez pueda desempolvar aquello de que la residencia sea un lugar de veraneo para los niños carenciados. Al fin y al cabo no era una mala idea.

Lacalle y Batlle

El ex presidente nacionalista Luis Alberto Lacalle y el colorado Jorge Batlle son los dos que más uso le dieron a la residencia de Punta del Este, al menos desde el regreso a la democracia. Lacalle recibía allí visitas extranjeras, Batlle iba en verano e invierno. El expresidente colorado Julio María Sanguinetti no la usó y fue el primero que amenazó con venderla, según recuerda el corresponsal de El País en Punta del Este, Marcelo Gallardo, en un artículo publicado en febrero de 2010.

Portal de América - fuente: Suplemento Qué Pasa, Diario El País

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