El pasado sábado 6 de enero, titulábamos “Toda la flota en tierra. ¿Reaparece el fantasma de los Boeing 737 MAX?”. Explota puerta de uno de ellos en pleno vuelo de Alaska Airlines”. E informábamos “Hay 171 aviones de la misma serie del Boeing 737-900 MAX afectados, entre ellos, 21 de los 29 de ese modelo, propiedad de Copa Airlines, empresa que canceló los dos vuelos que tenía programados con ese equipo desde Montevideo a Panamá el mismo sábado 6. Esos 21 jets están siendo inspeccionados y se espera que la autorización de la FAA los devuelva a servicio en las próximas horas o días”, (Volvieron al servicio a las tres semanas). 1 Código QR al final de la nota El 8 de enero en www.portaldeamerica. com titulábamos: “Después de la puerta voladora. Los Boeing 737 MAX y el vil metal” y decíamos: “A partir de octubre de 2021 cuando volvimos a volar luego de la pandemia, incumplimos nuestra promesa de no volver a subir a un MAX de Boeing. En esa oportunidad fuimos a Colombia y a los dos meses viajamos a Estados Unidos, partiendo en ambas instancias desde Carrasco en uno de ellos. En 2022 y 2023 los seguimos utilizando.
Hace un rato nos sorprendimos prometiéndonos mentalmente que de aquí en más, luego de la puerta volada del MAX de Alaska Airlines íbamos a renunciar a transportarnos nuevamente en estos aviones. A los pocos minutos pensamos en escribir este artículo y ya, desde el comienzo, sabemos que una vez más incumpliremos lo prometido, porque... no tenemos opción. Uruguay queda muy lejos del mundo, tenemos una conectividad aérea insuficiente y hay dos posibilidades: o dejamos de volar o lo hacemos en lo que hay, así de simple”, así comenzaba nuestra columna en www.portaldeamerica.com el 8 de enero pasado. Pero veamos como la terminábamos: “¿Qué es lo que se viene? Especulaciones; comunicados; análisis neutros y de los otros; fake news; desmentidos; los CEO´s de las aerolíneas afectadas enfrentando micrófonos con la guitarra en sus manos y en algún momento, los 171 aviones “parados” volviendo a volar y el comunicado de la Santa Sede eeee, perdón, de la FAA, afirmando nuevamente por Sergio Antonio Herrera, desde Montevideo 4 Columnistas que se han superado todas las pruebas y que los resultados indican que es seguro que los MAX sigan en servicio.
Y nosotros, y todos quienes deban seguir volando porque no hay otra, volveremos a embarcarnos en los MAX. Y cuando nos toque pregonar que el transporte aéreo es el más seguro del mundo, invariablemente nos sonará la alarma interna MAX! MAX! MAX!. Hasta el próximo incidente, en el mejor de los casos.” Es dramática esta resignación, pero realista. En otra parte de esta última columna señalada decíamos: “Cuando todos quienes pertenecemos al sector, en el mundo entero, venimos entrenados -desde siempre-, a pregonar que el aéreo es el más seguro de los medios de transporte, no podemos dejar de ver el tema MAX como un antes y un después de esa convicción. Va a ser muy difícil (directamente imposible) que de la noche a la mañana dejen de volar cientos de Boeing MAX construidos hace relativamente muy poco tiempo. Estamos hablando de aparatos que su costo supera los cien millones de dólares por unidad.
¿Qué armador por más Boeing que sea va a asumir el costo de discontinuar el proyecto?. Hablamos de un mínimo de perjuicios de 40 mil millones de dólares, sin contar lucro cesante, daños y perjuicios y todos los etcéteras que se le quieran adicionar”. En febrero se supo que el Departamento de Justicia estaba analizando el incidente de Alaska Airlines, examinando si entraba en el ámbito del acuerdo de enjuiciamiento diferido que el Gobierno firmó en 2021 con el fabricante de aviones por dos accidentes mortales anteriores de su avión 737 Max. Ahora se ha iniciado la investigación penal contra Boeing. Creemos que es la vía idónea. La cadena conformada por Spirit el proveedor, por Boeing el fabricante y la FAA, Federal Aviation Administration, debe ser juzgada y si fuera posible, que se haga antes del próximo incidente o...





