¿Es necesaria una Nueva Ley, o un nuevo Ente Rector de la Política Turística en Uruguay?
Lunes, 21 Octubre 2019

¿Es necesaria una Nueva Ley, o un nuevo Ente Rector de la Política Turística en Uruguay? uruguaynatural.com

A partir de la publicación de Acerenza dixit: Necesidad de revisar y actualizar la ley nacional de turismo de Uruguay. Parte I y de Necesidad de revisar y actualizar la ley nacional de turismo de Uruguay nuestro colaborador venezolano, residente en Costa Rica, el Economista y Master en Planificación Turística, José Gregorio Angulo Rodrigues, se interesó en la coyuntura del marco jurídico de Uruguay y preparó este trabajo.

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Una mirada al futuro del turismo nacional bajo la perspectiva del Marco Jurídico Institucional.
¿Es necesaria una Nueva Ley, o un nuevo Ente Rector de la Política Turística en Uruguay?

por José Gregorio Angulo Rodrigues, desde Costa Rica
 
Antecedentes y determinantes de cambio Jurídico Institucional
El avance y evolución de la sociedad crea obsolescencia en mucho de los componentes y mecanismos formales que rigen institucionalmente el acontecer humano, la Legislación y otros instrumentos de Política del Estado son uno de ellos. En este sentido, trataremos de incorporar fundamentos de análisis para generar una reflexión nacional sobre la conveniencia de un cambio o reforma de la actual Ley de Turismo Nacional, con el propósito de aportar elementos de juicio para construir una plataforma institucional que permita al país viajar en un vehículo que conlleve la conquista de niveles de competitividad y liderazgo internacional con instrumentos modernos y disruptivos que le den cimiento y base sólida al desarrollo turístico.
1.    Las limitaciones conceptuales y de contenido del actual instrumento que impone la necesidad de transformación que debe hacerse para adaptarse a los cambios de la sociedad.  Al analizar la actual ley vigente de turismo se observan aspectos como estos: En su objeto, se establece que siendo el Estado el agente legislador y gestor de políticas públicas,  este no se subroga para si el compromiso de ver al turismo como un componente estratégico con jerarquía y rango de interés nacional, prioritaria para el país, atribuyéndole el carácter sistémico al conjunto de actores y elementos que intervienen, incluyéndose el propio Estado como regulador, promotor, y prestador y no como espectador en la aparente forma que está redactado.
Esto es muy importante comprenderlo y expresarlo en la ley, pues no es un hecho que se tenga que demostrar que el turismo “es estratégico con jerarquía y rango de interés nacional, prioritaria para el país”, sino que hay que asumirlo como tal para la formulación y gestión de la Política Turística en todos sus niveles y contexto espacial. La ley como herramienta propositiva de política no se puede ver exclusivamente como un instrumento de asignarle al Estado atribuciones normativas de control, vigilancia, fiscalización y tributación, en menoscabo de funciones de facilitación, articulación, promoción, inversiones y fomento del sector bajo un concepto integral de desarrollo socio productivo armónico, inclusivo, diversificado y sustentable.
En relación a los principios, La profesionalidad del sector debe ser un principio orientador que determina la calidad y la competitividad, este principio implica la responsabilidad del Estado en facilitar y coordinar o delegar en entes especializados los mecanismos de capacitación y formación profesional que garanticen un alto nivel de capacidades y dominio de actitudes y aptitudes que le den el soporte humano calificado al sector.
A la par de este principio, es conveniente agregarle el fundamento de la identidad y relevancia local como medio de protección al desplazamiento, migración y segregación que sufren muchas personas de comunidades locales, a quienes se les debe asignar respeto y prioridad de oportunidades de capacitación, emprendimiento, empleo e inversiones en el proceso de desarrollo del turismo.
La ley es una combinación de conceptos jurídicos y técnicos que le dan la sobriedad y elegancia, por ello la revisión del concepto de prestador de servicio, no se puede reducir a una connotación espacial, debe tener relevancia en los bienes y servicios que comercializa y a quienes están dirigidos tanto en la intermediación como para el consumo final, en las actividades, productos o servicios que forman parte del objeto con relación directa e indirecta con el turismo, pero además deberá contar con su respetiva acreditación que permita su formalización ante la o las instancias correspondientes tanto nacional como departamental.    
Este concepto no se puede limitar a la denominación de zona turística, por que técnicamente una zona turística es una unidad espacial de planificación y desarrollo turístico que debe contar con ciertos elementos y condiciones para ser consideradas como tal, lo cual hace depender al prestador de servicio al nivel de desarrollo que se tenga donde este se va a ubicar.
Llama la atención el aspecto referido a las competencias y cometidos del Estado en materia turística. Es el hecho que la ley debe ser un instrumento equilibrado para crear oportunidades de hacer turismo tanto interno para los residentes, como para los extranjeros, y dentro de las competencias o cometidos del Poder Ejecutivo en materia turística no se le atribuye la responsabilidad de facilitar el tránsito y la accesibilidad, así como las medidas económicas y políticas laborales que garanticen el desfrute de la población al turismo, más aun cuando en los principios se ha proclamado a este como medio de desarrollo humano a través de la accesibilidad.
Un elemento también importante es que la ley debe garantizar un clima de motivación e incentivos a los prestadores tanto a través del Registro de Prestadores de Servicios Turísticos como a través de sus Derechos y Deberes. El Registro debe ser enfocado como un instrumento de formalización, pero también como un mecanismo de incentivos y de promoción del prestador de servicio.
Por otra parte, se hace necesario que el ejecutivo en su misión de garantizar a los prestadores sus derechos debe asumir el rol de promotor, estimulador y motivador, contemplando en los derechos de los prestadores; el papel protagónico individual o colectivo en la promoción turística conforme a imagen institucional y marca país, además de formar parte de organismos de integración del sector, establecer alianzas y mecanismos de integración o encadenamiento para la promoción y comercialización de sus productos.  Acceder a programas de mejoramiento, asistencia técnica y financiera que se promuevan como parte de políticas turísticas.
En la ley no hay un mecanismo con rango y jerarquía operativa en una una institución nacional de investigación, desarrollo y consolidación del turismo, que funciones como unidad de asesoría, investigación, innovación y desarrollo, cumpliendo funciones de encubamiento de emprendimientos turísticos con dependencias departamentales.
La orientación es clara, la pauta internacional está dando la dimensión al Estado de ser un ente promotor y facilitador restando importancia al estado inspector supervisor pues las fuerzas del mercado empujan a la consolidación de ventajas competitivas y la especialización como destino, característica que debe ser promovida por el estímulo y condiciones positivas impuestas por la normativa y facilitadas por la praxis de la Política Turística.
2.    La presión del entorno y el mundo globalizado. Los cambios y las propuestas disruptivas en los modelos de gestión del turismo.
Los cambios y las tendencias globales, impulsan a cambios disruptivos en los modelos institucionales de dirección: nacional, regional y local de desarrollo turístico. Se debe asumir un proceso de adaptación, modernización y liderazgo que haga disruptivo el cambio en el modelo de gestión política, ya no se trata de seguir bajo viejos esquemas políticos ideológicos, el avance de las tendencias impone un marco institucional abierto y disruptivo a la dirección de las Políticas Públicas del turismo. Es momento de adaptación, pero con competitividad y liderazgo.
La realidad presente y futura del modelo de gestión turística.  Examinemos ahora estos elementos coyunturales que de manera directa influyen y marcan tendencia sobre el turismo e inducen a generar cambios en los modelos de dirección. Citemos algunos de estos hechos;
•    Los cambios en la tecnología que entre otros aspectos está influyendo en la promoción y venta del hospedaje alternativo e informal, la creación de ciudades-destinos inteligentes, y la acentuación a la dependencia tecnológica en la utilización de partos y equipos como el celular (Los FOMO– Fear of Missing Out y los JOMO– Joy of Missing Out generación)
•    La segregación, marginalización y migración forzada en comunidades locales con desarrollo turísticos y la aparición de la xenofobia al turista. (Turismofobia).
•    El Mayor interés de los viajeros por analizar cómo destinos y proveedores turísticos tratan el tema de la sostenibilidad, la igualdad y la responsabilidad social.
•    Los cambios en los estilos de vida que inciden en la demanda turística diversificándola, y además están generando un carácter policonsumidor del turista actual y potencial, fenómeno que incide en la necesidad de estudiar el comportamiento del mercado y de conocer más al consumidor.
•    La acentuación de la innovatividad, sostenibilidad y competitividad de destinos y de empresas, la aparición de zonas de mar rojo, la búsqueda de eficiencia y más capacidades.
•    La educación especializada y cultura turística humanizada y generalizada como comunidad anfitriona.
•    La estructuración del espacio y las oportunidades de desarrollo turístico especializado con visión de multidestino.  
•    El avasallante paso la inteligencia artificial y la sustitución de mano de obra por robots.
•    La dicotomía entre destinos con políticas de turismo masivo versus los enfoques de destinos de carácter selectivo o la convivencia de ambos.
Estas son las alarmas que se vienen encendiendo, ahora tenemos la voz interna y externa que nos dicen:
¿Es necesaria otra ley de turismo con la actualización de sus reglamentos? …
¿Lo hacemos? ....
¿No lo hacemos? ....
¿Esperamos o asumimos? …
¿Buscamos los técnicos o los votos en el congreso? ….
¿Asumimos el liderazgo en la región y cambiamos, o nos quedamos? ….
¿Es necesaria la incorporación de nuevas o se debe reestructurar las actuales políticas turísticas nacional y local? …
¿Son suficientes las competencias del ministerio de turismo y las demás instituciones o hace falta una reconversión y adaptación a la actualidad?...
¿Se hace o no necesario renovar capacitadas técnicas y filosóficas en la concepción del modelo de desarrollo turístico en los equipos de colaboración del ministerio de turismo? ....

Portal de América

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