En las últimas semanas, la actualidad de Francia está marcada por numerosos avisos de bomba. Una quincena de aeropuertos a lo largo de todo el país han visto afectada su operativa, teniendo incluso que cancelar vuelos. El Palacio de Versalles, situado en las proximidades de París, ha sido uno de los más castigados, y es que ha tenido que cerrar sus puertas, previa evacuación de miles de visitantes, en siete ocasiones en una semana "por razones de seguridad". Algo similar ha ocurrido con el Museo del Louvre.