Son apenas las nueve de la mañana, el madrugón para llegar a Mallorca en el primer vuelo aún no se nos cae de los ojos y aquí estamos, dando vueltas por Cala Morlanda en pos de la mejor localización posible para la sesión de fotos. Hemos quedado con Rafa a las doce en punto, justo cuando, según la previsión meteorólogica, saldrá un rayo de sol. De momento, un manto de negrísimas nubes otea sobre nuestras dormidas cabezas... pero casi que nos da lo mismo porque ey, hemos quedado con Rafa. Con Rafa Nadal. Como si truena.