Luis Lacalle Pou le reclamó hace pocas horas al gobierno renuncia fiscal. Nosotros dijimos en Twitter que más que inoportuno ese reclamo era oportunista y que la opinión en el turismo es la "tumba de los cracks". Sin embargo el mismo Lacalle luego en el paquete Alvear, de la paquetísima Recoleta porteña acertó y mucho al decir que gane quien gane en Argentina será su socio y que sea quien sea quien gobierne, tendrán que tener en cuenta que ya "aprendimos de nuestros errores" y que no debería haber puentes cortados ni problemas con los puertos.
¿Por qué citamos a Lacalle?, porque es la fiel representación del discurso al boleo, baqueano, "masomenosasí", que practican los políticos sin excepciones, cuando hablan de turismo. A veces la embocan y generalmente la pifian.
Pero no es sólo Lacalle el que pide renuncia fiscal, al parecer el empresariado del turismo también, -una vez más-, "cuando se la ve venir", pega el grito y pide socorro al gobierno.
Una de las pocas cosas que hizo con acierto y de modo coherente el gobierno del FA durante todos estos años fue precisamente eso, devolver impuestos a los turistas. Y la mala noticia amigos, es que aún si no lo hubiese hecho, el resultado de la llegada de turistas no hubiese cambiado radicalmente. Y la otra noticia, -que no es ni buena ni mala, sino muy lógica- es que el Estado no tiene recursos infinitos y que ese, no es el camino. Los resultados así lo demuestran.
Entonces, en vez de seguirle pidiendo peras al olmo, ¿qué tal si nos decidimos a plantar las semillitas en busca del peral?
¿Qué tal si en vez de dejar que a los dos o tres que le dedican en solitario horas, días y meses de su propio tiempo a la actividad gremial, los acompañan y piensan y se mueven con ellos, pero fundamentalmente, disienten con ellos, los cuestionan y les ayudan a encontrar el camino?
¿Qué tal si en vez de lamentarse y quejarse agriamente y culpar de todo al gobierno de turno hacen autocrítica y se estudian y evaluan sus negocios y si no le encuentran la vuelta se asesoran profesionalmente?
¿Qué tal si en su militancia gremial, como hacen los empresarios en los destinos turísticos de verdad invierten en contratar asesoría que les diga con exactitud y con certeza para dónde tienen que agarrar?
El turismo puede ser generador de riqueza; puede ser una actividad transversal que abarque a todo el espectro socio-económico de una nación pequeña como Uruguay; el turismo podría ser más importante que la agroindustria y facturar más que la carne, el arroz y la soja, pero...
¡ENTIÉNDANLO DE UNA BUENA VEZ!, en Uruguay no es ninguna de esas cosas, a pesar de que lo reciten todos los días los jerarcas del Mintur y ustedes mismos.
No sigan pidiendo peras, empiecen a sembrar perales.
Portal de América