por Daniel Romagnoli, desde Miami
Y es que Mazda, al igual que Subaru, da lucha y pelea frente a los gigantes asiáticos como Toyota y Honda, poniendo en el mercado productos de alta factura. La evolución del 3 fue continua y constante hasta la última versión que impacta de sólo apreciar sus lineas, y más aún cuando realizamos la prueba descubriendo un sedán del segmento medio que nuclea condiciones y virtudes de vehículos de otras clases.
Hoy, cuando las ventas de automóviles de cuatro puertas tipo sedanes están estancadas frente a la demanda creciente de los SUV (vehiculos utilitarios deportivos), Mazda sigue firme en su apuesta con la última versión, ya en su cuarta generación, presentando dos opciones, una de ellas el Hatchback que ya les mostramos hace unas semanas en esta sección, y ahora probamos el Sedán.
Se trata de un auto con líneas suaves y armónicas, que contrasta con la tendencia de la competencia donde se muestran líneas rectas y abruptas, en el caso de Mazda parecería ser que el diseño fue concebido ambientado con música clásica o funcional.
El interior sobrio y elegante, se ambienta en materiales de primer nivel y con detalles prácticos y de fácil acceso. Equipamiento y seguridad completo, como sensores de advertencia, sistema de información y entretenimiento, en donde podemos poner como falta una pantalla táctil que siempre es cómodo para complementar la operación de los comandos, disponiendo de Apple CarPlay y Android Auto como equipo de serie.
Su mecánica es un 4 cilindros de 2.5 litros con 186 caballos de fuerza, y si bien parece algo moderada su potencia, gracias a su relación de peso y potencia, su agilidad y desplazamiento son notables. Con un precio a partir de U$S 26.500, el último Mazda 3 AWD Sedán es un fuerte contendiente en su segmento.





Portal de América





