por Daniel Romagnoli, desde Miami
Una carrocería totalmente nueva, el retorno a la capota de tela, material éste que nunca debió haber sido sustituido por uno rígido, espacio interior cómodo con butacas adecuadas aún para usuarios corpulentos, y tres motorizaciones para elegir según el presupuesto de compra.
En nuestro caso el fabricante nos entrega el 4 cilindros, 2 litros turbo de doble desplazamiento con una potencia de 258 caballos y 295 libras de torque con una caja de 8 velocidades automática de rápida acción, que administra los modos elegidos según la configuración Comfort, Sport o Sport Plus, aunque nos hubiera gustado una caja manual pero no está disponible para el mercado americano.
Su andar es suave y sorprende su silencio carente de silbidos propios de este tipo de autos, trocha corta y amortiguadores activos permiten un crucero muy agradable.
Los materiales interiores son de primera categoría y todos los dispositivos de conmutación son intuitivos, la pantalla de infoentretenimiento iDrive está mejor integrada con el tablero y ahora es operable tanto por un controlador en la consola central como por la pantalla táctil.
El nuevo y gigantesco panel de instrumentos digital de 12.3 pulgadas se ve nítido, aunque personalmente prefiero los medidores analógicos redondos del Z4 anterior, que han sido reemplazados por un velocímetro y un tacómetro de forma angular (con el último oscilando en sentido antihorario).
Nuestro Z4 tenía carga de teléfono inalámbrico, pantalla frontal y control de crucero active, y como deciamos se ofrece en tres opciones de mecánica, comenzando a partir de los U$S 50.800 hasta los casi U$S 70.000 según paquetes e ingeniería elegida.
Muy lindo regalo para hacerse este BeeMe, para quienes gustamos de los sport biplaza roadster, y claro está que ya estamos ansiosos de probar la versión top 6 cilindros.








Portal de América





