por Daniel Romagnoli, desde Miami
Los vehículos de carga pesada en Brasil han desarrollado características muy particulares, en vista de las condiciones de la vialidad local y también por las exigencias de los conductores.
Marcas establecidas en el mercado local como Volkswagen, Scania, Mercedes-Benz, Ford, GM, Volvo, Iveco y otras, desarrollan productos que sorprenden por comodidad y rendimiento. Eso se extiende al segmento de buses, al cual proveen chasis y trenes de mando.
Cabinas insonorizadas, aislantes contra polvo y polen, completos sistemas de climatización, asientos ergonómicos con suspensión, literas de gran comodidad y un buen aislamiento anti-ruido son ahora el punto de partida, pues sobre ese estándar la industria ha añadido la posibilidad de disponer de TV a color y facilidades para conectar elementos periféricos como tabletas o similares.
La conexión a internet es cada vez más normal en el vehículo pesado brasileño, para dar vida a todos los elementos de entretenimiento que tendrá el conductor, para brindar eficaz asistencia vial y, por supuesto, para brindar seguridad contra los piratas de carretera.
Brasil es pionero en el uso de sistemas satelitales para rastreo de vehículos pesados. La idea llegó al mercado a inicios de siglo y a partir de entonces germinó con gran rapidez. Hay diversas proveedoras y los sistemas son compatibles con otros de tipo GPS (Global Positioning System) que pueden guiar a los conductores a lo largo de la extensa vialidad local y ubicar el vehículo en caso de hurto.
Incluso hay servicios y aplicaciones para teléfonos inteligentes que mantienen actualizada la red de servicios en ruta como restaurantes, talleres, proveedores de elementos como cauchos y baterías, etc. a niveles de eficiencia y variedad que no se han alcanzado en varias regiones de Europa.
Un elemento importante del vehículo pesado brasileño ha sido su tren de mando y la imposición de las legislaciones locales de ocuparse del área de combustibles alternativos. Por años la mezcla entre combustible y alcohol de caña animó a los camiones brasileños y la necesidad de consumir este tipo de combustible obligó a los fabricantes a desarrollar aleaciones y materiales más capaces de resistir fricciones, altas temperaturas y fenómenos similares, en consecuencia a la mayor compresión.
Ahora la moda son los sistemas híbridos y ello incluye los regeneradores de energía que aprovechan el calor de la frenada para cargar las baterías.
Cada vez más buses, chasis y camiones recurren en Brasil al tren de mando híbrido, en torno a un motor turbodiésel.
Las características de las rutas brasileñas hacen menos viable que en países como Suecia que el futuro del transporte pesado en la región amazónica contemple desarrollar “trenes de camiones” y quizá sea prematuro también pensar en vías inteligentes, que ofrezcan rieles eléctricos que ayuden a cargar las baterías de un vehículo eléctrico, o electro híbrido, pero los ingenieros brasileños están desarrollando propuestas de tren de mando que den más autonomía con menos emisiones tóxicas.
El tema ecológico también tiene repercusión en lo relativo a materiales. Al igual que en los autos de pasajeros, los nuevos camiones de Brasil tienen un porcentaje creciente de piezas construidas con plásticos reciclados, caña de azúcar procesada y aleaciones de metal generadas por centros de reciclaje de latas de refrescos, desechos metálicos y similares. En esta área las intenciones pueden claramente compararse con las europeas, aunque hay que avanzar más en este sentido.
Una preocupación mayor del gremio en Brasil es el modo en que los conductores asimilan estas tecnologías y hacen uso de ellas, pues la eficiencia y el rendimiento dependen grandemente de eso.
“En el futuro cercano, el conductor de rutas en Brasil necesitará obligatoriamente desarrollar otras destrezas como manejar micros, teléfonos inteligentes, tabletas y sistemas operativos. También las nuevas tecnologías se prestan mucho para “obligar” a respetar límites de seguridad y límites de horas al volante gracias a las opciones de programación para limitadores de potencia y uso”, dijo una fuente cercana.
Otro tema aparte es la legislación, que en opinión de varios allegados al gremio camionero y a la industria “está avanzando más lentamente que la capacidad de aprovechar las nuevas tecnologías”. Un punto a mejorar que, desafortunadamente, no depende de los fabricantes de vehículos.
Del análisis, se deduce que Brasil aún no alcanza los estándares de Europa en materia de vehículos de transporte inteligentes, pero el nivel actual y el ritmo de desarrollo permiten establecer comparaciones e incluso aventurar que en muchos aspectos la industria camionera brasileña se compara - o supera - a las de Europa. Muchas marcas tienen subsidiarias en Brasil y aplican a sus productos elementos suministrados por proveedores brasileños y de Norteamérica.
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