por Daniel Romagnoli, desde Miami
Un tiempo atrás escribimos en páginas de Florida Motor Sport Magazine, las diferencias y confusiones de quienes hablando o refiriéndose a vehículos de nueva generación, generalizan a los híbridos como eléctricos, y son cosas totalmente distintas, con sus pro y sus contras en cada caso.
El mercado y la industria al día de hoy, ofrece dos propuestas en vehículos eléctricos puros de gran producción, en ambos casos y al momento estos productos están distantes en su precio y segmento, no pudiendo compararse el uno con el otro.
En esta ocasión tuvimos la fortuna de probar uno de ellos, siendo el producto japonés con quien durante una semana convivimos y adaptamos nuestros hábitos a la tecnología limpia.
Para empezar, el Leaf nos recibe al encenderlo con una descansada y dulce música propia del país del sol naciente, lo que nos indica que el auto ya está en condición de marcha. Sin embargo, ningún otro sonido o elemento nos hace pensar que ya estamos listos para nuestro viaje, y al seleccionar la marcha hacia atrás de igual manera una alarma sonora avisa de nuestra reversa. Es que siempre debemos recordar que estos autos al tiempo de ser ecológicos son silenciosos por demás.
Así iniciamos un día y otro también, nuestra rutina como en una alfombra mágica, y con el visor de millas por recorrer haciendo muestras de qué es lo que aún tenemos de energía acumulada en las baterías hasta nuestra próxima carga en el enchufe de casa, tal como si se tratara del celular o de cualquier elemento habitual eléctrico.
Más allá de cálculos y consideraciones de precio y economía entre lo convencional y lo eléctrico, la verdad asumida es que el futuro en transportación fluye a lo limpio y libre de contaminación, y valen las felicitaciones al constructor Nissan y su apuesta .
Portal de América





