Río en Carnaval: asusta, asombra y enamora
Sábado, 10 Febrero 2018

Río en Carnaval: asusta, asombra y enamora

Hacía muchos años que no venía a la que para mí, es una de las ciudades más lindas del mundo. Mi familia y mis amigos me han escuchado reiterar que si pudiese, viviría al menos una semana al mes en la "Cidade Maravilhosa", que realmente "está llena de encantos mil". Como casi siempre que viajo, la noche anterior dormí poco. Me acosté muy tarde y me levanté muy temprano y en el vuelo, de algo menos de dos horas y media, solo pellizqué ratitos de ojos cerrados. La caminata empezó al salir del Airbus de TAM que nos trajo al Galeao. Varios kilómetros hasta la cinta a buscar el equipaje, breve intervalo sentados en el transfer al hotel Astoria en Copacabana, ducha reparadora y a caminar otra vez por la Avenida Atlántica para a cada paso, ir abriendo cada vez más grandes los ojos y hasta emocionarnos viviendo en primera fila este momento tan especial, que a pesar de repetirse cada año, es siempre diferente y cautiva a todos quienes llegan hasta aquí. Río está casi paralizada para todo aquello que no involucre al Carnaval. Vamos a ver como termina la historia, pero nos costó mucho poder concretar algunos paseos que queremos hacer para compartir con los lectores. Hasta hace un rato la respuesta era cada vez más exasperante: "hasta el miércoles no operan las excursiones". Aparentemente lunes y martes podríamos hacer lo planeado, luego de que el domingo lleguemos al Sambódromo al caer la tarde y no tengamos idea a que hora retornaremos. Está todo ok, ya coordinamos la hora del traslado, ya tenemos los ingresos en nuestro poder y ya nos dijeron que nos darán en el traslado de ida, las credenciales para colgarnos a la salida y ubicar los buses que nos traigan de regreso al hotel. Recomiendo especialmente seguirnos en Facebook y en Twitter @DelPDA

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por Sergio Antonio Herrera, desde Río de Janeiro

Cuidados extremos
Salimos a la calle "bien sencillos". Con nada en las manos y con bermudas de mucho bolsillos. Fotocopia de la cédula, unos reales y la única tarjeta que llevamos es la de abrir la puerta de la habitación. La cámara de fotos bien guardada en el hotel y lo que arriesgamos, para cumplir la tarea es el iPhone, que va permanentemente en uno de los bolsillos. Cuando definimos un objetivo, lo sacamos, disparamos para la foto o grabamos un video, mirando de reojo para todos lados, aplicando lo que recordamos de vision periférica a la hora de marcar jugando al básquetbol, y lo volvemos a guardar. Es precaución propia, pero coincide en todo, con los consejos que nos dio la gente de la agencia receptiva que nos atiende.

Entrenados a full para lo caro
Como a la inmensa mayoría, no nos sobra el dinero, nos cuesta mucho generarlo pero cuando salimos de Uruguay, casi ningún precio nos asusta. Pasadas las 17 horas todas las opiniones nos llevaron "de una", al Carretão, una "Churrascaría" de aquellas en Siqueira Campos a pocos metros del mar. La presentación del local y la atención inmjorables, la mesa de fríos además de todo lo imaginable, tiene sushi y mariscos. El rodizio de carnes es espectacular. Vaca, más bien novillo y ternera; cordero, cerdo, pollo, chorizo, más arroz, aros de cebolla, papas fritas, de una calidad y un sabor excepcional. El precio único, sin bebidas ni postre es de 84 reales, menos de 27 dólares.

Lo que vimos hasta ahora
Mucho turismo. Todos los idiomas. Salvo una marcada minoría entre la que nos incluimos, todos disfrazados. Gran cantidad de hombres, no necesariament gays,  coincidiendo en la elección del disfraz que lleva orejitas de conejit@ y tutú...¡ah! también altísimo porcentaje de musculados al mango y cabellos teñidos de ese rubio con cartel "no natural". Salvo algunas honrosas excepciones, hasta el momento están en el debe las garotas lindas. Espero que en las horas venideras cambie la situación.
La Avenida Atlántica es el centro de toda la movida con un fondo de barcitos impecables en la playa, todos con show y gran onda. Hasta las 19 horas en las que aparece la policía municipal con varias unidades a sirena abierta. Pasan y automáticamente, la calle deja de ser peatonal y aparece el tránsito normal.

A reponerse y madrugar
Hubo total acuerdo, hoy nos acostamos bien temprano (¡bah! ya son casi 23.30 y estoy escribiendo) y mañana domingo madrugamos para ir a pasear hasta un rato antes que nos vengan a buscar para llevarnos al Sambódromo.
Se los contaré.
até amanhã se deus quiser.

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