por Sergio Antonio Herrera, de su reciente viaje al Caribe
Lo mejor por lejos del paseo fue el guía, un hombre de una cultura excepcional quien nos dio un pantallazo muy completo acerca de todo lo importante de este país de unos 5 millones de habitantes que se ha dado el lujo de prescindir del ejército desde 1949. En este momento el 53% de los estudiantes universitarios son mujeres "lo que está indicando que dentro de poco más de dos décadas estaremos gobernados seguramente por mujeres" comentó el guía (de quien no recuerdo el nombre lamentablemente). Al escucharlo casi sin pensarlo le dije a un argentino que venía sentado cerca en el micro: "Ya les llegarán sus Cristinas y sus Dilmas", lo cual no le gustó nada y me lo hizo saber con un "No estoy de acuerdo con usted...". Fin del diálogo rioplatense.
La caminata hacia el Mirador de Manzanillo en el entorno muy peculiar de un sendero entre el mar y la tupida vegetación que algunos le lleman selva.
El banano, la piña y el café junto con el turismo son los puntos fuertes de la economía tica -"dígannos ticos, no es peyorativo, nos gusta que así nos llamen"- indicó el guía.
Precisamente la provincia de Limón es el lugar de la mayor cantidad de fincas bananeras y allí los trabajadores son bastante bien considerados. Se les otorga vivienda para la familia y no se les cobra la energía ni el agua y en algunos casos hasta se les brinda Internet y Cable gratis. Los salarios se nos dijo oscilan en unos 150 dólares semanales y los hombres van al trabajo de campo y las mujeres van a la planta y son las que seleccionan los frutos de exportación. Los niños tienen guardería o escuela, según la edad.
No, ni asado ni tortas fritas. Cocinan el famoso y autóctono Gallo Pinto en base a arroz y frijoles para el desayuno en la playa
Las olas y el viento en el caribeño este costarricense. El país limita además al norte con Nicaragua; al oeste con el Océano Pacífico y al Sureste con Panamá
La pasarela hacia el mirador
El Mirador de Manzanillo, a pocos kilómetros de Bocas de Toro, en Panamá
Antes de abordar nuevamente, le dedicamos un buen rato a visitar un mercado de artesanías y productos varios en el propio puerto con muy buenos precios
El evidente desarrollo turístico de la zona donde priman los hostels y los hotelitos de tres estrellas es una muestra muy clara que hay mercado para este tipo de lugares donde abundan los mochileros y se conserva mucho de la cultura jamaicana introducida por los naturales de ese país que vibieron a trabajar al ferrocarril en el siglo diecinueve.
Visitar este enclave resultó ser a nivel personal una experiencia gratificante, sobremanera desde lo profesional.
El guía reiteraba de vez en cuando que ese no era un lugar del Caribe para tumbarse al sol una semana como la mayoría, sino que era especial para las caminatas, los deportes, la aventura.
Me quedó muy claro.
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