Seguir a la celeste: una experiencia de todos modos gratificante
Miércoles, 16 Noviembre 2016

Real dimensión del gallinero adonde nos ubicaron por 100 dólares por cabeza. Real dimensión del gallinero adonde nos ubicaron por 100 dólares por cabeza.

Al llegar al Merino Benítez este martes y tener conexión a Internet, nos enteramos de la anunciada decisión de LAW desistiendo de "hacer algo" con Alas Uruguay, ya que de comprarla nunca hablaron en serio, a pesar del comunicado emitido el jueves 10 de noviembre. Allí nos aguardaba David Buero Falero nuestro amigo personal y corresponsal en Santiago de Chile. Nos dirigimos a continuación hacia los apartamentos que habíamos reservado con el sistema de La Dehesa House en Las Condes, más precisamente en el Golf   y al llegar al que nos correspondía, como nos sucede a menudo, la Ley de Murphie apareció y quebramos la llave de la cerradura al intentar ingresar. Con la filosofía "supertranqui" que adoptamos para esta escapada trasandina, le pedimos al encargado del edificio que se hiciera cargo de la situación y mientras tanto, nos íbamos con el resto del grupito a almorzar, ya eran más de las cuatro de la tarde.

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por Sergio Antonio Herrera, desde Santiago de Chile - @DelPDA

 

Nos ubicamos en una pizzería que ya conocíamos de alguna oportunidad anterior de la que recordábamos la excelencia de los productos pero no la exageración de sus precios. Éramos 5 y pedimos doz pizzas grandes y 9 chops. La cuenta rondó los 100 dólares. No guardamos los tickets ni los vamos a poner en las redes porque estamos seguros que aquí nadie se va a escandalizar, hay conciencia que estamos en una ubicación residencial de buen nivel y ...hay que pagarla.

En la pizzería Piola (en los precios le hace honor al nombre), de izquierda a derecha: Heber Blois; David Buero Falero; nosotros; Rodrigo Fernández y Sergio Herrera Blois

 

Cuando logramos ingresar finalmente al hermoso, amplio y cómodo apartamento sobre la calle Callao, vino la "duchita rápida" y la salida hacia el Nacional de Santiago.

Un trayecto que normalmente lleva unos 15 minutos, a nosotros nos demandó una hora y media, salimos a las 19.10 y pudimos ingresar al estadio a las 20.40, cuando ya había comenzado el partido. Mientras logramos llegar al "gallinero" adónde fuimos ubicados los cerca de dos mil uruguayos que acudimos y pagamos 100 dólares en la AUF por entradas que aquí cuestan 60 más el 10% de incremento por comisión de locales de venta. Nos ubicamos como pudimos en el codo de lo que vendría a ser la unión de la América con la Amsterdam justo instantes antes del gol de Cavani y muy próximos adonde le cometieron un claro penal no sancionado al delantero del París Saint Germain.

Como siempre, el público de la selección es "otro" que el habitual de los fines de semana y en un ámbito casi familiar -al menos nosotros- nos divertimos bastante con la desubicación y euforia de algunos (bastantes) hinchas de la "roja", que están convencidos que son grandes ya y entonaban cánticos que incluían que "el que no salta es uruguaio y maricón" y repetidamente "uruguaios culiados". A coro, para la bronca de casi todo el estadio, repetíamos el puñado de orientales la cuenta pausada y bien firme de uno, dos, tres, cuatro, hasta llegar al quince casi vociferado que demuestra nuestro orgullo por ser líderes indiscutidos en el número de Copas América conseguidas.

También hubo mucha gente respetuosa, amable y ubicada que nos saludaba y de alguna manera expresaba que sabían quienes éramos en este deporte.

La selfie de Sergio Herrera Jr. que nos muestra junto a Rodrigo Fernández ex Pluna, Alas Uruguay, ahora en Puerta del Sur, en la espera para desalojar el estadio.

 

Llegó un momento en que ante tanta osadía preferentemente joven de los vecinos tras el tejido del gallinero, en una les gritamos "Felicitaciones, vienen creciendo, sigan así que algún día serán grandes" y explotaron varios, que realmente creen que ya lo son, como las autoridades que mandaron a pintar el bus que transporta a la selección con un "Bicampeones de América".

Llegamos y retornanos con la interna convicción que tenemos, como país futbolero, pero sobretodo con el actual grupo de jugadores, un muy fuerte ahorro en el banco de la realidad y la esperanza, que confirma que somos muchísimo más grandes de lo que deberíamos ser por tamaño y con eso, tengo bastante. Lo que pasó, está dentro de las posibilidades, hay que dar vuelta rápido esta paginita del enorme libro de la historia del principal deporte del Uruguay.

A la salida, luego de casi 50 minutos de espera para salir del estadio, mientras caminábamos hacia la aventura de encontrar el lugar en el que David había estacionado su camioneta, el autor del primer gol de los chilenos, Eduardo Vargas, casi "nos lleva puestos" en su estampida tratando de eludir a los fanáticos que lo rodeaban en su carrera hacia el auto al salir del vestuario.

Finalmente, lograda la hazaña de ubicar el negro rodado (fue tan complicada la llegada que lo único que pensamos fue en apurarnos para llegar a patita y no reparamos en el detalle de fijar el luegar en la memoria) nos fuimos hasta una esquina muy concurrida de Nuñoa a reponer energías y calmar la sed. Para tomar real dimensión del "afano" sufrido anteriormente en la pizzería, vean esto: 10 chops; un refresco; una tortilla española; papas bravas; pincho de pollo y verduras; pincho de pollo y camarones; seis empanadas de carne y queso y seis empanadas de queso, por aproximadamente 50 dólares, Con el detalle que todo lo detallado muy bien servido y exquisito.

El postre lo fuimos a buscar al shop de una estación de servicio, donde por "chirolas" nos abastecimos de helado, alguna golosina, refrescos y jugos.

Perdimos el conocimento a poco de llegar al dormitorio, recuperamos la vida esta mañana cerca de 8.30 y luego de desayunar muy bien y en precio en Starbucks, frente al apartamento, nos preparamos el amargo y nos sentamos ante la laptop.

Hoy tenemos todo el día en esta hermosa ciudad y el programa es algún mall; legar a Patronato a buscar pichinchas y en la noche, la disyuntiva es o bien el agradable ambiente nocturno de Bella Vista o llegar hasta una muy conocida parrillada uruguaya de este lugar. Dios y David dirán adonde vamos. Mañana les cuento.

Portal de América

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