por Sergio Antonio Herrera, de su viaje a Miami; Orlando y el Caribe
Las plataformas de intermediación de alojamiento
En la primera etapa del viaje que se situó exclusivamente en la Florida, usamos tres propiedades a través de Airbnb, en promedio, a un costo algo más de 20 dólares diarios por persona
La primera, una casa para un total de 11 personas como éramos, situada en el entorno de la 64 y Byscaine Blvd.en Miami. Muy correcta por dentro, con tres amplios dormitorios más una amplia sala con sofás cama; dos baños completos, una cocina y media se puede decir (estaba aparte la cafetera, el microondas, licuadora etc.). Lo negativo: el exterior de la casa, un jardín descuidado y además, lleno de partes de estatuas envueltas (es una zona donde abundan las galerías de arte y los museos).
El segundo alojamiento en Orlando durante siete noches, de altísimo nivel. Una casa de dos plantas con cuatro amplios dormitorios con baños contiguos y una suite espectacular. Una sala enorme con televisores de grandes dimensiones, mesa de póker con todos los elementos, living comedor cocina completa con mostrador y banquetas, salida a un fondo común del condominio con barbacoa exclusiva, gran piscina bastante cercana, ubicada en Crystal Cove, Turmaline, Kissimmee, muy próxima a los parques con un Wallmart a tres minutos.
El tercer alojamiento ya relatado anteriormente, el peor de todos. Ahí ya éramos, en total siete, incluidos tres menores. En North Miami Beach, a unos 500 metros de la 172 y Byscaine Blvd. Tres dormitorios entre los cuales no se completaba uno. Ni una sola mesa de luz, un sólo baño, las persianas eran exteriores por lo que mientras estábamos dentro usamos luz artificial y muy pobre en general en muebles y vajilla. Ni desayunábamos allí, calentábamos el agua para el mate y nos íbamos lo más rápido que podíamos.
En todos los casos funcionó muy bien el tema de acceso. Según vimos, no existe más "la entrega de llaves". Ahora todo se arregla a través de la tecnología y con combinaciones al mejor estilo caja fuerte. También en todo momento fue fluido el contacto virtual con los anfitriones, salvo en Orlando donde vino personalmente la supuesta anfitriona, que no era otra que la agente inmobiliaria que maneja varias de esas propiedades. El dueño de la casa alquilada es un brasileño que la usa alguna vez al año y alquilándola, va pagando el crédito de la compra. El valor estimado de esa propiedad en Crystal Cove es de 300 mil dólares.
Rent a car
Si hay algún lugar en el mundo donde alquilar un coche sin chofer es sencillo, seguramente es en Miami. Lo único algo complicado y solamente por la enorme distancia a
recorrer que incluye hasta un tramo en tren, es llegar a la terminal de Rent a car desde la terminal de arribos. Luego, al mejor estilo de una plaza de comidas, se
encuentran en vez de los restaurantes, los counters de las diferentes arrendadoras. Una vez gestionado todo, luego de presentar el voucher correspondiente, negarse a
comprar más seguros (inevitable oferta), pagar el SunPass (peajes) y recibir el papelerío y el kit del GPS, hay que dirigirse a la planta donde están los vehículos y
elegir (así mismo) en el sector asignado, la unidad que nos llevaremos. Aquí tampoco se usan más las llaves. Es un control remoto en forma de llavero que solo sirve
para desbloquear y bloquear puertas. El contacto se realiza presionando un botón a la vez que se pisa el freno. El precio del galón de gasolina oscila entre dos y casi
tres dólares el galón (3,6 litros). En nuestro caso, que devolvimos la van en el aeropuerto y debíamos ir al puerto, teníamos incluido el servicio Shuttle desde el
aeropuerto internacional de Miami hasta la terminal de cruceros en el puerto y viceversa cuando desembarcamos.
Los cruceros
En el último quinquenio esta es nuestra tercera experiencia con esta modalidad.
En la primera oportunidad en 2012, fuimos con la norteamericana Carnival a Bahamas, inmediatamente después que había pasado por estos lares el huracán Sandy. A todas luces fue una experiencia muy poco feliz. Un crucero de tres noches del cual pasamos un día entero con su respectiva noche (la primera) recluidos en el camarote entre vómitos y lamentos, sin entender como la empresa había decidido realizar el viaje en las condiciones climáticas reinantes. La explicación la enconramos cuando multiplicamos el precio promedio de 500 dólares por dos mil pasajeros y nos dio como resultado un millón de razones por las cuales zarpamos en aquella oportunidad desde la Capital del Sol, como le gusta llamar a Miami a nuestro amigo y corresponsal allí, Daniel Romagnoli.
Nos dimos la revancha en enero de este mismo 2016 zarpando desde Colón, Panamá, en el Monarch de la española Pullmantur rumbo al Caribe Sur y la experiencia en esa oportunidad resultó a todas luces formidable. Cartagena de Indias; Curacao; La Guayra y Aruba fueron las escalas para disfrutar en tierra el complemento ideal de un excelente servicio a bordo con un sistema bien para nosotros. El idioma oficial era el español y las bebidas estaban incluidas a tiempo completo, salvo el escocés que por demás, tenía un precio bien accesible, cuatro dólares el Black Label. Los espectáculos en el teatro inmejorables y la animación en general en las áreas comunes, excelente. Es un servicio muy recomendable y que está en la mente volver a disfrutarlo Dios mediante.
El de esta oportunidad es en la italiana MSC, a bordo del Divina. Digamos que todo, especialmente el servicio gastronómico, ha ido de menos a más pero, hay marcadas diferencias por ejemplo con el anterior. Además de ser el ingles el idioma oficial, salvo en las comidas, hay que pagar todas las bebidas y eso, es bastante determinante en el gasto. El barco es por lejos el mejor de los tres y quizás por la anticipación en la adquisición, el precio pagado por una cabina con balcón (algo espectacular y muy diferente a las internas) es apenas superior al de la exterior pero con apenas un ojo de buey del Monarch. Superado el caos de los dos primeros días (mientras todos nos acostumbramos y acomodamos a los ritmos) es muy bueno el servicio en el restaurante buffet como el que funciona a la carta. Los espectáculos son sencillamente maravillosos y a quienes nos agrada esto, es como estar de fiesta a diario. Es imposible aburrirse. Seguimos encontrando cruceristas que ya llevan, 20, 30 y hasta 40 cruceros realizados. Damos fe que se convierte en una adicción.
Plástico y cash
Retornamos sin lograra entender cual es la norma del manejo de las tarjetas. Intentamos usar cada vez menos las de crédito y por ejemplo en Estados Unidos, las de débito funcionan como crédito. En algunos comercios nos pedían el pin y allí, directamente no eran aceptadas. En otros lados como en los supermercados Wallmart, pagamos con las de débito y solamente había que pasarlas por las hendiduras lectoras y ni siquiera nos daban nada a firmar, nos daban las gracias y afuera. En el crucero como es norma al ingresar hay que registrar una tarjeta de crédito en máquinas ubicadas en diferentes posiciones y una vez efectuado ese trámite automáticamente se valida la Cruise Card que es entregada en el check in que sirve como llave de la cabina y como medio de pago exclusivo a bordo. Junto con la orden, hasta de un café, hay que entregar ese plástico y por ejemplo, durante el horario de almuerzo y de cena, donde están incluidos los jugos, refrescos, cerveza y hasta determinado vino, al solicitarlos, el camarero se lleva la Cruise Card y trae una adición con importe cero. Seguramente serán procedimientos de control de stock y hasta de seguridad. No hay problemas en ningún lado con el valor del billete con el que uno pague en tierra, siempre hay disposición y se entrega el vuelto sin inconvenientes. En México quisimos retirar cash de un cajero en Cozumel y nos cobraba un costo fijo de tres dólares más el 10% del importe. En Miami retirar dinero en un cajero cuesta 4,50 dólares por operación. A bordo del crucero, el efectivo es otorgado contra la tarjeta de crédito registrada y cuesta 5% en cada operación.
Internet
El lugar más complicado es el crucero.Hay paquetes que van desde cinco dólares la hora; diceciséis dólares el día o sesenta y cinco de los verdes por "todo el crucero" pero con determinada disponibilidad que a nosotros se nos agotó en tres días. El paquete es hasta para 4 dispositivos y cada treinta minutos se corta la conexión y hay que volver a loguearse. En tierra hay wifi en casi todos lados en todos los puntos visitados y donde tuvimos mejor conexión y más barata incluida en el precio de la entrada (junto a sombrilla y reposera) por tres dólares por persona fue en Paradise Beach, la playa de Cozumel, hasta junto al mar, en la orilla.
Propinas
En el crucero está estipulado en las condiciones generales y es notificado al hacer la compra un cargo de 12 dólares por persona por día de "service charge". En tierra hay lugares que ni lo insinúan pero en otros, como en Miami, la propina es sugerida e incluida en la adición y las opciones llegan hasta el 15 y el 18%. En un restaurante de La Española Way en Miami Beach nos pusieron en la cuenta la opción más cara (18%). Obviamente que nos negamos a pagarla, exigimos fuese eliminada y le dimos en efectivo el 10% al mozo por su buena atención.
Recomendaciones
En el barco: segundo turno de cena (20.15, ya que el primero empieza 17.30. No perderse ningún día el espectáculo en el teatro. Intercalar las comidas entre el restaurante a la carta y el buffet.
En Miami: El Jumbo Buffet con un ticket de menos de 11 dólares tenedor libre donde hay de todo, hasta sushi. En el BaySide el restaurante argentino The Knife, ticket fijo de 31 dólares que incluye una impresionante mesa de fríos; empanadas; una parrillada espectacular; mesa de postres y bebidas incluidas. En Brickell, el restaurante argentino Baires donde con una parrillada para dos comen hasta cuatro por 55 dólares.
En Ocho Ríos, Jamaica: la Cascada del Río Dunn.
En George Town, Islas Caimán: Royal Beach. El taxi compartido cuesta 5 dólares por persona cada tramo; la entrada 3 verdes; la reposera diez y la sombrilla 25. Un coctel por nueve dólares una cerveza por 5.
En Cozumel: Paradise Beach. El taxi cada tramo 16 dólares; la entrada tres con sombrilla, reposera, piscina y wifi incluidos.
En Nassau: La excursión a la isla Balmoral o al resort Atlantis poco más de U$S 50 la primera y 75 la segunda.
Portal de América