Cozumel, México: donde casi todo es como debería ser
Jueves, 30 Junio 2016

Cozumel, México: donde casi todo es como debería ser

La escala más aprovechable hasta ahora en cuanto a horario. Bajo un intenso calor, atracamos pasadas las 10 de la mañana y la hora de retorno fijada fue las 17.30. El barco ancla en un muelle desde donde se puede ir caminando hacia la salida pero optamos por un servicio de cortesía operado con carritos con bicicletas al mejor estilo de oriente. Los simpáticos operadores del servicio están transitando ese  tramo de algo más de doscientos metros desde el crucero a la salida durante toda la jornada y además de conformar un servicio pintoresco y efectivo, entendemos que les debe dar un buen resultado ya que las propinas no escasean y son generosas.

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por Sergio Antonio Herrera, desde el Mar Caribe

 

 

Afiliados definitivamente al grupo de no contratantes de excursiones (protesta activa por tarifas excesivas), tomamos un taxí que nos llevó a Paradise Beach. Muchos iban a Playa Mía, promocionada como VIP en donde había que optar por tres planes de acceso que iban desde 24 dólares, pasaban por los 42 y si no recuerdo mal llegaban a más de 80 dólares por persona con todo incluido.

 

 

En Paradise pagamos tres dólares cada una la entrada, con derecho a todas las instalaciones. Una magnífica piscina al mejor estilo de un cinco estrellas; baños completos; lockers; reposeras; sombrillas (la opción maravillosa de cambiarlas por palmeras) y créase o no, una potente y gratuita red wifi.

 

 

Al ingreso y durante la colocación de la pulsera habilitante el comentario-sugerencia de consumir un mínimo de 10 dólares por persona. Como somos muy obedientes pedimos un par de mojitos de entrada y sobre el mediodía, junto a una orden de tortillas con guacamole, papas fritas un refresco y dos cervezas, gastamos en total menos de 20 dólares cada uno a lo que hay que sumarle el taxi de regreso a la zona de embarque, otros quince dólares. En resumen, con consumiciones incluidas gastamos con mi esposa menos de ochenta dólares cuando una excursión nos costaba para ambos no menos de cien.

 

 

Habíamos llegado por primera vez a Cozumel en 2012 desde Playa del Carmen en ferry y en solo cuatro años se nota el progreso del lugar. Nuevos centros comerciales y una terminal de cruceros como debe ser en Punta Langosta.

 

 

Nos dio el tiempo para visitar nuevamente Puerta Maya, un gran centro comercial junto al mar y de recorrer bastante el centro.

 

Lo único negativo de la visita fue el tema cajeros automáticos. Los dos primeros intentos fueron fallidos porque estaban fuera de servcio y en el tercero, funcionaba tan bien que nos quisieron cobrar más del 10% para extraer cash, operación abortada.

 

En Ocho Ríos, Jamaica,  a pesar que nosotros tuvimos la impresión contraria, compañeros de viaje nos dijeron que habían recibido propuestas de todo tipo, desde cocaína y marihuana hasta escorts masculinos y femeninos.

 

En George Town, Islas Caimán, la oferta superlativa fueron las joyas y especialmente los diamantes.

 

En Cozumel resaltó la cantidad de comercios dedicados a vender artículos de plata.

 

Salvo el guacamole, las birras y las infaltables remeras e imanes más algún bolso, no nos tentaron con nada de lo anterior, somos un ejemplo de conducta y de turistas casi low cost.

 

Portal de América

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