Miami: la de siempre, la sorprendente
Martes, 14 Junio 2016 10:59

Miami: la de siempre, la sorprendente

Comenzaré este relato desde el afecto de siempre, el que tengo por la sede del Condado de Dade, lugar al que cada vez que llego me mueve más a través del alma que por los ojos, como sucede normalmente cuando uno llega a algún lugar. Al igual que me pasa en Buenos Aires o en Madrid, la sensación es la de llegar a casa, a mi lugar. Pero a este sentimiento se arriba luego de mucho tiempo y muchas veces, alguna de las cuales este suelo no fue tan propicio y otras, maravilloso.

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por Sergio Antonio Herrera, desde Miami

 

 

 

Como siempre, llegar desde la manga del avión a la central de Rent a Car es todo un tema y lleva su tiempo luego de mucho caminar e inclusive, hacer el último tramo en tren.

Como ya lo anticipara, estamos debutando como clientes de Airbnb y en este primer caso, de la primera estadía en Miami, podemos decir que el resultado se divide en dos: del lado de adentro de la casa todo está bastante bien. Sin ser nada "del otro mundo" cumple con el consabido deseo tan uruguayo cada vez que viajamos: que sea un lugar apto para dormir bien y limpio con las comodidades necesarias para no sufrir el calor de esta época como el aire acondicionado. Pero por fuera la cosa deja mucho que desear y además de un desprolijo rincón del jardín, nos encontramos con un mini-zoo con lagartijas e insectos varios. De todos modos, lo que pagamos por el familión que somos, para cubrir esta estadia de las tres primeras noches del viaje, no alcanzaría para cubrir la mitad de lo que hubiera salido pernoctar en un hotel, sin contar lo que ahorramos por desayunar y hacer alguna de las comidas.

Los precios del supermercado están levemente por debajo de los de Uruguay.

El primer almuerzo afuera, por ser domingo era más caro y lo hicimos en un Jumbo Buffet sobre Biscayne Boulevard y costó algo más de once dólares por adulto. Los refrescos incluidos con el sistema refill (canilla libre)y un menú sencillamente inabarcable en el que había de todo, desde sushi o salmón, pasando por pastas, diversas recetas de pollo, legumbres, arroces hasta un monumental rosbif y postre incluido.

La jornada del lunes transcurrió en buena parte en la playa de Bal Harbour (no fuimos al mall, por lo tanto no vimos a Su Giménez) y fue un gran disfrute. El agua estaba sensacional y el alquiler de sombrilla, reposera, toallas y mesas, cuesta 40 dólares cada set durante todo el día.

Los perfumes en Flagler siguen costando la mitad que en los free shops de los aeropuertos y el Bay Side, para nosotros visita obligada, sigue ofreciendo todo lo que un turista demanda en una noche de paseo. Precios muy normales en todas las áreas.

El parking público en la playa cuesta U$S 1,25 cada dos horas; en el Downtown el mismo tiempo U$S 2 y en el estacionamiento del Bay Side U$S 9 la hora.

Este viaje de tan feliz que me hace me permitió ver por televisión que Uruguay jugó bastante bien y muy rápido y hasta ganó 3 a 0...¿fue verdad? o ¿es fantasía mía?.

Me están apurando, vamos a remontar el mapa hacia las playas, quizás hasta Las Olas en Fort Lauderdale. Les contaré luego.

Portal de América

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