por Sergio Antonio Herrera, de su viaje a las Antillas y Caribe Sur
Quizás haber visitado disfrutado y admirado Curaçao antes, contribuyó a que nuestra primera impresión en Oranjestad no coincidiera con lo que esperábamos.
Más allá que nos tocó (justo a mí!! dijera un pesimista) una chofer-guía de esas que conociendo sus limitaciones se pasan para el otro lado y se convierten en algo así como en un suplicio durante el tour, es de suponer que la señora cumplió con el itinerario que le asignaron en la empresa.
Luego de ver como maniobraba extrañamente para salir del puerto y que se le apagara el motor varias veces, a los pocos minutos de iniciar la marcha el autobús chino de turismo dedujimos en la lengua que hablaba Silvia (mezcla rara de inglés, español y papiamento) que tendríamos la primera parada y así fue. El bus se detuvo y estacionó pero no teníamos la menor idea de donde estábamos y fue lo que le preguntamos antes de bajar, la respuesta fue: "una formación rocosa"...Luego supimos que se trataba de Casibari, de lo que no pudimos saber nada más. Nos hizo recordar a la piedra El Zapato en Córdoba, que se incluía en todos los tours y cuando uno llegaba quería encontrar alguna explicación a esa visita pero no lo conseguía.
De la bronca, hasta me olvidé de tomar alguna foto pero está esta de TripAdvisor que nos viene bien. Hay que agacharse para entrar y pasar por ahí, la chica que iba adelante mío se pegó un golpe en la frente que no cayó de casualidad. Es el "atractivo" turístico más estúpidom que he visto en mi vida.
Silvia se enojó mucho cuando le dijimos que no le entendíamos nada y así se lo hizo saber al resto del pasaje: "¿Ustedes me entienden"? preguntó en su idioma raro y un coro de los infaltables de todas las excursiones (obviamente los que estaban en los primeros asientos) coreó un inmediato ¡siiiiii!! y entonces envalentonada dijo: "porque hay un señor que dijo que no me entiende nada", bueno, más o menos creo que fue eso lo que dijo...
La segunda parada fue en la fábrica de Aloe Vera...la cual suponemos que la debe haber salido mal ya que no vimos que nadie comprase nada...
La tercera fue en el Faro California llamado así por el barco "Californian", célebre por haber recibido las señales del Titanic antes de hundirse en 1912 pero su operador de radio dormía cuando ocurrió la tragedia. Se dice que esa especie de maleficio selló el destino del Californian que se hundió pocos años después frente a las costas de Aruba. En este sitio, además de ver otra vez las nuevas e incomprensibles maniobras de estacionamiento de Silvia y que se le siguiera apagando el motor (esta vez le echó la culpa a mantenimiento), pudimos conocer un punto estratégico del lugar con un muy buen entorno y mejor paisaje.
Desde el Faro, la próxima parada anunciada, esta vez de dos horas era la playa en Palm Beach. Luego de ver durante años fotografías y videos sobre esta isla y el color de sus aguas, cambiamos el chip para el lado positivo y nos dispusimos (pensamos ¡ahora sí!!) a disfrutar el paraíso arubano.
Se nubló; por cada reposera pagamos 5 dólares y cuando nos fuimos a bañar tuvimos que chapalear entre algas y piedras en la orilla. Es evidente que Silvia sabe lo que hace....
Desde el Buevar Smith, gran centro comercial, gastronómico y nocturno en el área portuaria, esta toma del barco en la bahía
Cuando subimos nuevamente al bus para ser transportados hasta el puerto para volver al barco, fue que empezamos a ver lo más lindo de Oranjestad, esa franja costera maravillosa, la de los videos y las fotografías famosas, sus hoteles de cadena internacional, sus centros comerciales, sus restaurantes y boliches nocturnos y fue entonces que aunque tarde, pudimos apreciar que Aruba es bella, es una isla feliz pero como cualquier destino mundial tiene su Silvia.
Hotel Ritz Carlton Aruba
Riu Hotel Oranjestad
El Bulevar Smith, hermoso lugar
Portal de América