por Sergio Antonio Herrera, desde París
Pero esta ciudad luz que estamos dejando tiene "ese qué se yo" que la hace diferente.
Puede ser su gente, salvo excepciones, atenta y cordial; puede ser su belleza arquitéctonica, seguramente que sí; tal vez el Sena, rotundamente sí; sus museos; sus plazas; sus barrios, con el Latino como abanderado y la elegancia de los Campos Eliseos o el desparpajo de Montmartre o Pigalle.
El París Pass comprado era por dos días por lo que esta última jornada, la habíamos dejado en principio para ir al Loira, más precisamente a Blois pero nos quedaba por ir a Versalles, Inválidos y Orsay y decidimos quedarnos en París.
El primer objetivo fue logrado pero a los dos últimos museos por diversos motivos no pudimos llegar. Se nos hizo tarde y como había que llegar antes de las cinco a comprar las entradas, optamos por Orsay al que llegamos 16.45 pero encontramos la puerta cerrada y sin entenderlo, nos pusimos a revisar todo el lugar y entonces vimos el anuncio que estaba cerrado por huelga del personal...
Museo de Orsay, otra vez será
Puedo asegurar que hicimos un curso intensivo de tren y metro, para llegar de un lado a otro nos movimos con un pase válido por 1 día que cuesta 11,50 euros y sirve para metro y trenes urbanos y de cercanías.
Salimos de Châtelet - Les Halles hasta Saint-Michel - Notre-Dame donde combinamos con el tren a Versalles. Llegamos bajo un diluvio en una mañana fría por demás para ser la primera jornada después del inicio del otoño. La compra del ticket fue bastante rápida, optamos por lo principal, el castillo que cuesta 15 euros cada una. Pero lo que llevó más de 45 minutos fue la larga fila que tuvimos que hacer para ingresar. Afortunadamente, había parado de llover.
Como nos dijo algún amigo en Facebook cuando señalamos el desagrado por la opulencia de Buckingham Palace: "entonces a Versalles ni vayas", se nota a cada paso lo mismo, reafirmando también en este caso lo superfluo por un lado e inmoral en general de esta ostentación.
Pero queríamos verlo con nuestros propios ojos y con todos esos reparos, debo admitir que arquitectónicamente me deslumbró la Galería de los Espejos, con sus 17 puertas y la misma cantidad de "glaces" reflejando la inmensa belleza de los jardines del lugar.
Este miércoles temprano seguramente me deslumbraré con el aeropuerto de Charles de Gaulle al que pienso llegar temprano porque a pesar de haber hecho el check in online, sospecho que la low cost elegida para volar a Nápoles (Easy Jet)nos va a complicar la vida de alguna manera. Todas admiten 23 kilos y esta 20 por maleta y cuando se ingresa a hacer el check in lo único que les importa es vender algo más. Que hotel en destino, que alquiler de auto, que seguro de viaje y también, la elección de asientos. Por ahora no les hemos dado ninguno de esos gustos. El equipaje de mano va a tope tratando de aligerar las maletas grandes pero...sospecho que algo van a encontrar, ojalá me equivoque.
Comienza una nueva aventura, tal vez la que la pasta y la pizza no la pidamos por presupuesto, sino por gusto. Mañana si llego entero a la noche, les cuento en una nueva crónica.
Au revor París, ¡à bientôt!
Nos vemos.
Portal de América